OPINION

Sillas de ruedas todoterreno gracias a la palanca de propulsión

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Amos Winter, un estudiante de doctorado en ingeniería mecánica por el MIT, puede estar muy cerca de haber conseguido una silla de ruedas revolucionaria que podría aliviar los males de desplazamiento de millones de personas. Amos, un nombre ciertamente profético, se ha situado en la fina línea que separa la silla de la bicicleta para integrar ambos conceptos, gracias a la reutilización de engranajes para mover las ruedas a mano.

Las sillas de ruedas movidas a pedales de mano no es nada nuevo; todos hemos crecido con la visión del vendedor de cupones desplazándose de esta manera. Pero esta Leveraged Freedom Chair (LFC) permite transitar a través de terrenos más duros y complicados sin esfuerzo físico excesivo.

A partir de partes de bicicletas disponibles, la máquina es mucho más efectiva que la mejor de las sillas de ruedas convencionales y de cualquier vehículo de tres ruedas impulsado a brazo. La LFC utiliza dos cadena y distintos platos que posibilitan cambiar de marchas con sólo mover la posición de las manos sobre la palanca, permitiendo viajar más rápido por caminos arenosos y senderos; además, también se mueve un 20% más rápido sobre el asfalto que una silla de ruedas convencional.

El propósito del proyecto LFC es crear una ayuda de movilidad específica para los países en desarrollo, ya que todas las partes móviles de la silla se hacen a partir de componentes de bicicletas, lo que hace la silla manufacturable y reparable en cualquier parte del mundo en desarrollo. De hecho, la Asociación de Discapacitados Físicos de Kenya fue el primer socio en el proyecto y los que primero probaron las bondades de la transmisión a palanca el verano pasado.

Ocho sillas fueron construidas a modo de ejemplo: seis unidades se quedaron haciendo pruebas de usuario en Kenia y dos viajaron a EEUU, para recoger el Premio Lemelson-MIT, con el que se premia a inventores estadounidenses por logros muy destacados. El ganador recibe 500.000 dólares, lo que le convierte en el mayor premio en metálico a mentes creadoras en Estados Unidos.

Posibilidades de comercialización: 100%. Sólo podemos decir....¡Bravo Amos!

Fuente MLab MIT

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