OPINION

Vuelve la Polaroid, más fea pero igual de instantánea

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Polaroid es sinónimo de fotografía instantánea, pero fotografía instantánea también significa fotografía digital en cualquier de sus diferentes "sabores".  Polaroid tuvo un amago de retorno el año pasado, con un fallido intento de cámara/impresora llamado Pogo, pero ahora vuelve por sus fueros, como el fénix resurgiendo de las llamas, con PIC-300, una aproximación digital mucho más cercana a la esencia de Polaroid.

La PIC-300 incorpora el reconocible tempo "disparar y esperar" que caracterizaba las viejas Polaroid, escupiendo una foto desde la ranura superior una vez finalizado el proceso químico en las tripas del aparato. La gran innovación de la cámara respecto a su básica e ilustre predecesora es que incorpora cuatro posiciones de disparo, así como un flash. El exterior es redondeado, bastante feo y con aspecto un tano frágil. Utiliza cuatro baterías AA recargables de litio.

Sin embargo, el resultado dista de ser tan glamouroso como el de las viejas polaroid, con sus pálidos colores ocres. Aunque mantienen su formato, con el reconocible borde blanco, las nuevas polaroids son más pequeñas que sus predecesoras, unos 4 centímetros más estrechas de lado, según la prueba realizada por Gadgetlab.

Además, persiste el viejo problema de Polaroid: la carestía de los cartuchos, un aspecto más crítico si cabe para los que sólo han conocido la era digital y conceptos como "carrete" o "revelado" les suenan a coreano. La cámara tiene un precio de 90 dólares (algo menos en euros) y las diez recargas cuestan otros 10, de modo que cada fotografía sale por algo menos de un euro, un importe como para pensarse si apretar el disparador.

Posibilidades de éxito: Escasas, estrictamente orientadas a nostálgicos y fanáticos.

Visto en Gadgetlab de Wired.

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