OPINION

Mozart acelera el trabajo de las bacterias en las plantas de aguas residuales

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Hay algo gracioso en la frase "las grandes composiciones provocan grandes descomposiciones". Una planta de tratamiento de Alemania ha presentado un nuevo plan para acelerar el proceso de limpieza de las aguas residuales poniéndole a Mozart a sus "bichitos". Las autoridades creen que la música del compositor ayuda a estimular la actividad entre los pequeños organismos que descomponen los residuos.

Ya sabíamos que la música clásica ayuda a las vacas a producir mejor leche; antes sabíamos que también les gusta a las plantas para crecer con más fuerza. Ahora los organismos entre los animales y los vegetales también tienen su ración de conciertos de cámara para estimular su acción biológica.

Se espera que las sinfonías de Mozart y algunas operas reducirán los costes de energía en las instalaciones de tratamiento de residuos de la planta de Treuenbrietzen, al suroeste de Berlín. Desde hace algún tiempo, clásicos como "La flauta mágica" o "Las bodas de Fígaro" se emiten a todo trapo en las balsas de tratamiento a través de una serie de altavoces diseñados para reproducir la acústica de una sala de conciertos.

El sistema fue desarrollado por científicos de la empresa alemana Mundus, que afirman que las bacterias son particularmente exigentes en cuanto a las armonías y los ritmos. "Mozart tiene un efecto muy bueno en la gente", afirma Anton Stucki, fundador y socio gerente de Mundus. "Su música tiene una calidad especial de armonía en correlación a su ritmo".

Las ondas sonoras de las composiciones de Mozart, junto con la adición de oxígeno, estimulan a los micro-organismos para un mayor rendimiento en la degradación de los biosólidos. Como resultado, estas instalaciones son capaces de ahorrar energía y disminuir la cantidad de los lodos residuales, un elemento costoso de retirar.

Según el gerente de la planta Detlef Dalichow, se pueden ahorrar hasta 1000 € al mes en la eliminación de estos lodos gracias a las sinfonías con las que agasajan a las bacterias.

Una novedosa técnica de optimización de procesos biológicos que a duras penas se pondrá en práctica en nuestro país: basta con pinchar cualquier hit a las bacterias, clásico o moderno, para que aparezca entre los lodos un inspector de la SGAE reclamando su parte del pastel hediondo. En ese caso la planta se quedará con lo comido por lo servido...y con las bacterias igual de aburridas que siempre.

Fuente: Spiegel

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