OPINION

El "Santuario de la Luz", una granja solar-laberinto que surge como un espejismo en el desierto

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Los Emiratos Árabes Unidos no sólo tienen un tesoro energético bajo las arenas. Sobre ellas también tienen otro recurso impagable, el sol, del que disfrutan como en pocas partes del mundo. Con la disminución de las reservas de petróleo, las autoridades de la región han apostado fuerte por acercarse un poco más a este astro que tanto les calienta.

Ya ha empezado a levantarse, muy cerca de la ciudad de Abu Dhabi, la nueva ciudad de Masdar, cuya principal característica es que no contaminará ni un ápice. Toda la energía que usarán sus 50.000 habitantes provendrá del sol y servirá como “campo de pruebas” para las nuevas tecnologías “verdes” que regirán la región en un futuro muy cercano.

Una de ellas será un nuevo concepto de granja solar que huye de los paneles planos para convertir su fisionomía en un laberinto de curvas y recovecos que esconden un propósito único: aumentar el rendimiento de las granjas solares convencionales e integrarlas en un lugar tan inhóspito como un desierto.

Concebido por Martina Decker y Peter Yeadon, el "Santuario de la Luz" es un despliegue de paneles solares de película delgada que se curvan y suspenden ondulantes a través del paisaje, imitando un espejismo a lo lejos y creando una experiencia inmersiva y sensual...de cerca.

Las células solares de película delgada son una de las principales alternativas a las células fotovoltaicas, una especie de panel solar enrollable que facilita la producción de dispositivos solares a un menor coste y con menor generación de desechos e impacto ambiental. Se realiza mediante una técnica de fabricación que forma una película delgada de células de silicio amorfo sobre delgadas láminas de acero inoxidable.

Cada módulo solar es de, aproximadamente, un metro de ancho y cinco y medio metros de largo. En este caso se utilizarán células solares sensibilizadas por colorante (DSSC), que son teñidas de ocre para que su impacto visual sea acorde con los tonos paisajísticos.

El proyecto, que más que una granja solar estándar puede parecer una instalación de arte a lo Christo, se suspende en el aire para reducir su impacto sobre el medio natural e instalarse en un espacio entre la tierra y el cielo, que los ciudadanos podrán visitar al igual que los antiguos laberintos ajardinados de latitudes más lluviosas, aprovechando la sombra que también ofrece.

Se utilizarán 40 km de tela solar, de hasta seis metros de alta, y la superficie útil llegará a los 80.000 metros cuadrados.

La orientación vertical de los “paños solares” aprovecha la gran capacidad de los paneles translúcidos de película delgada para producir energía útil en un ángulo más pronunciado (hasta 140 º) respecto a la exposición solar. Esto permite la producción de energía durante un período más largo durante todo el día y se posibilita que los paneles también reciban un impulso energético cuando la luz se refleja entre los paños de alrededor.

Al estar en vertical, se minimiza la acumulación de polvo sobre las células y, gracias al vaivén del viento, se produce un auto limpiado diario que aumenta muchos enteros su rendimiento.

Las células solares de película delgada también tienen un rendimiento mejor en condiciones de alta temperatura que los paneles solares de silicona, que se degradan exponencialmente según aumenta el mercurio. Las células de película delgada, al contrario, aumentan su rendimiento cuanto más calor hace y, además, resisten mejor los cambios bruscos que se producen entre la noche y el día en los desiertos.

Se estima que la producción de energía total anual del proyecto ronde los 4.592 megavatios-hora cuando esté finalizada.

Posibilidades que una tormenta de arena deje todo aquello rasgado: muchas, aunque la facilidad para desenrollar la tela también permitiría un rápido plegado en caso de alarma meteorológica.

Fuente: Decker Yeadon

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