OPINION

Un detector de explosivos de nanocables de silicio es mil veces más sensible que el hocico de un perro

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Históricamente se han usado perros entrenados para olfatear bombas y minas terrestres, ya que pueden oler explosivos en concentraciones de tan sólo unas pocas partes por billón. Sin embargo, se necesitan decenas de miles de euros para entrenar y mantener uno de estos perros especialistas, convirtiéndose en un bien tan escaso como las veces que fallan en sus localizaciones.

La actual lucha contra el terrorismo, y su capacidad para hacerse patente en cualquier parte del globo, hace que sea necesaria la extensión de otros sistemas detectores, en forma de aparatos de mano que pueda utilizar cualquier operario, una solución más barata y portátil que llegue a todos los recintos públicos y privados, al igual que hacen los detectores de metales.

Un sensor de nanocables de silicio desarrollado por un equipo de investigadores de la Universidad de Tel Aviv promete acabar con este problema gracias a que puede detectar trazas de explosivos extremadamente pequeñas, en un líquido o en el aire; y en pocos segundos.

Los nanocables de silicio han sido químicamente tratados y se colocan en el centro de un chip de vidrio (en la foto) cambiando su conductividad cuando son expuestos a pequeñas trazas de explosivos en aire o en líquidos. Este cambio abrupto en la conductividad de los nanocables, que es fácil de medir, es la base de un dispositivo que aseguran que es mil veces más sensible que la nariz de un perro rastreador de explosivos y que, además, es relativamente barato y fácil de fabricar.

Esta matriz de nanocables no es el primer dispositivo que alcanza el nivel de sensibilidad de los caninos para detectar explosivos. Un sistema desarrollado por ICx Technologies, con sede en Arlington, Virginia, también puede detectar los vapores emitidos por los explosivos con una sensibilidad equivalente a la de la nariz de perro.

En vez de nanocables, el sistema de ICx utiliza polímeros que brillan en cuestión de segundos en respuesta a las trazas de explosivos presentes en un vapor. Este dispositivo se está utilizando en Irak y Afganistán y la administración de seguridad del transporte de EE.UU. comenzó recientemente a introducirlo en los aeropuertos. También existen instrumentos que captan las microondas que emiten los explosivos, pero tardan minutos en lugar de segundos en detectar los explosivos en equipajes o en la piel de los pasajeros.

El sensor de ICx Technologies

El nuevo dispositivo de la Universidad de Tel Aviv es mil veces más sensible que los detectores existentes, incluido el dispositivo de ICx, y los investigadores lo han utilizado para detectar tanto TNT como explosivos plásticos RDX y PETN, en pocos segundos y en concentraciones inferiores incluso a una 0,1 ppb (partes por billón).

El sensor de nanocables podría ser producido de forma económica e incorporado a un instrumento portátil para la detección de minas terrestres o de explosivos ocultos en controles de seguridad.

Según afirma Fernando Patolsky, el profesor de química que ha dirigió el trabajo publicado la semana pasada en la revista Angewandte Chemie, los investigadores ya están desarrollando un instrumento portátil basado en su tecnología y su primer prototipo tiene aproximadamente el tamaño de un ladrillo, por lo que sería susceptible de instalarse en todas las zonas de un aeropuerto y en cada rincón de un centro comercial.

Fuente: Nanotech

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