OPINION

Revisitando la “baby-cage”, la jaula que se cuelga de la ventana para airear a los críos

BABY CAGE
BABY CAGE

Bien sabidas son las dificultades que conlleva la crianza de niños en pisos diminutos y en ciudades muy pobladas, desde el punto de vista del bienestar de los pequeños. Allá por los años 20, con la llegada de emigrantes a las grandes ciudades, también tenían el mismo problema de mini-pisos, pero con un extra de natalidad desbordante.

Aunque la “baby-cage” nació en tierras americanas, en 1934 dio el salto a las islas británicas y se distribuyó en Londres a los miembros del Chelsea Baby Club. No era más que una jaula metálica dirigida a mujeres con niños, pero que carecían de un patio, jardín o balcón para que el crío pudiera jugar en él.

Según la patente, presentada en 1922 por una tal Emma Read, de Spokane, en Washington (EEUU), la jaula de bebés estaba diseñada para adosarse al marco de una ventana y que la estructura saliera por la fachada del edificio. Así el bebé tendría acceso a aire fresco y luz solar a través de la jaula de alambre. Y todavía le quedaría espacio suficiente para trastear con sus juguetes.

Dicha patente fue concedida finalmente el 13 de marzo de 1923 y en ella se lee: "con los hechos a la vista, el propósito de la presente invención es proporcionar un artículo para bebés y niños pequeños, que se suspende en el exterior de un edificio, en donde el niño o joven puede ser colocado”.

Los bocetos asociados mostraban una jaula similar a la observada en las fotos, pero con la superposición de un tejadillo inclinado, todo un detalle pensado para proteger a los bebés de la lluvia o la nieve. O de los objetos que les pudieran caer desde arriba.

De la posibilidad de caer la jaula al vacío, ni palabra...

La patente, aquí

Fotos: revista LIFE

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