OPINION

Construyen un “holómetro” para determinar si vivimos en un universo tridimensional

Holometer2
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En 2008, el detector de ondas gravitacionales GEO600, en Hannover (Alemania), registró un extraño ruido de fondo. El físico Craig Hogan, director de otra instalación puntera en EEUU, el Fermilab, sorprendió al mundo afirmando que aquel ruido podía ser la prueba de que vivimos en universo holográfico y que el GEO600 había topado “con el límite fundamental del espacio-tiempo”.

Para despejar (o confirmar) la sospecha de que vivimos en un espacio de dos dimensiones en las que la tercera es sólo una simulación, el propio Fermilab está construyendo un “holómetro”, esto es un “interferómetro holográfico”. Además, para cotejar las mediciones del holómetro, también se está construyendo el reloj más preciso jamás construido. Ambos dispositivos podrán responder, en el plazo de un año, si el universo es holográfico o “genuinamente” tridimensional.

La idea de que el espacio-tiempo no es enteramente homogéneo, sino más bien como una imagen digital que se va volviendo más y más pixelada a medida que hacemos zoom en ella- ha sido propuesta anteriormente por Stephen Hawking y otros científicos. Para Hogan, el ruido que registró el detector alemán era el equivalente a estos píxeles de baja resolución que marcaban el límite del espacio-tiempo.

La física de los agujeros negros, en la que el tiempo y el espacio quedan comprimidos, ofrece una base matemática para demostrar que la tercera dimensión podría no existir. En esta viñeta bidimensional de un universo 3D, lo que creemos que es la tercera dimensión podría ser en realidad una proyección del tiempo intercalada con la profundidad. En caso de que esta hipótesis sea cierta, la ilusión sólo puede mantenerse hasta que un equipo alcance la suficiente sensibilidad como para encontrar sus límites.

Según declara Craig Hogan a Symmetry Magazine, “no lo podemos apreciar porque nada viaja más rápido que la luz. Esta visión holográfica es cómo verías el universo si estuvieras sentado en un fotón”.

El holómetro de Fermilab pretende ser “el instrumento de medición más preciso del propio espacio-tiempo”, según Hogan. El nombre del holómetro viene de un instrumento diseñado en el siglo XVII “para tomar todo tipo de medidas, tanto de la Tierra como de los cielos”.

El holómetro funciona de la siguiente manera: dos rayos láser se proyectan a través de sendos tubos de vacío situados en ángulos distintos, antes de alcanzar sendos espejos y volver al punto de partida. En tanto la luz viaja a velocidad constante en el vacío, los rayos deberían volver al espejo en el mismo momento precioso, formando un solo haz de luz. Cualquier vibración que interfiera debería cambiar la frecuencia de las ondas durante la distancia recorrida, de modo que quebraría la sincronización.

La alta precisión del holómetro permite un tamaño razonablemente pequeño: sólo 40 metros de largo, sólo una centésima parte de los interferómetros utilizados para medir ondas gravitacionales y agujeros negros. Eso sí, para confirmar los resultados del holómetro el Fermilab ha decidido tirar la casa por la venta y construir no uno sino dos: el segundo confirmará las mediciones del primero.

Según me entero en Ciencia Kanija, el físico Paul Frampton, da un paso más para sostener que todo el universo visible es un enorme agujero negro, hipótesis que, según él, resolvería el problema del cálculo de la materia oscura.

Visto en Symmetry Magazine y PopSci.

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