OPINION

Las profecías de Raymond Kurzweil, el nuevo cyberNostradamus, dibujan un futuro donde el ser humano será sólo un recuerdo

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El estadounidense Raymond Kurzweil es considerado uno de los inventores más famosos del siglo XX. Y va camino de convertirse también en el gurú que guíe nuestros pasos como humanos en el siglo XXI.

Este tecnólogo, experto en Inteligencia Artificial y eminente futurista, con la nada despreciable cifra de 19 birretes honoris-causa por universidades de todo el mundo, ha sido sido descrito como "el genio inquieto" por el Wall Street Journal, o "la máquina de pensar definitiva" por la revista Forbes, que también llegó a referirse a él como el "legítimo heredero de Thomas Edison”.

Razones para semejantes apelativos no le faltan: Ray, como gusta que le llamen, fue el principal desarrollador de los primeros escáneres ópticos, del primer sintetizador de voz para la lectura de ciegos (dedicado a su amigo Stevie Wonder), del primer sintetizador musical (el famoso K250) capaz de reproducir de forma realista el sonido de los instrumentos de una orquesta...

Kurzweil comenzó a especular sobre el futuro hace muchos años. Su método analítico se basa en gran medida en una apropiada elección de los tiempos en que hace públicas sus creaciones, siempre sólo cuando otras tecnologías asociadas han abonado el campo del éxito.

Así llegó anticipar con increíble precisión, por ejemplo, el advenimiento de Internet, casi 10 años antes de que se produjera; o la llegada masiva de los teléfonos móviles y la tecnología inalámbrica como el centro del ocio personal.

Llegó a ser vital para Kurzweil, y para el éxito de la previsión de eventos venideros, comprender el ritmo y el camino que tomaban estos desarrollos tecnológicos. Extrapolando tendencias pasadas al futuro, Kurzweil elaboró un método de predicción del mañana tecnológico basado en que la tasa de innovación de la computación no crece de un modo lineal, sino más bien exponencial.

Este crecimiento exponencial de las capacidades de los ordenadores dará lugar a un futuro de nuevas tecnologías sólo imaginadas por la ciencia-ficción, que estarían disponibles mucho antes de lo que la inmensa mayoría de la gente intuye, de tal manera que la línea entre humanos y máquinas se difuminará como parte de la evolución antes de lo que pensamos.

2030: “En 20 años podremos hacer backup de nuestros recuerdos”

La gente será capaz de hacer una copia de seguridad de su cerebro (incluyendo todos los recuerdos que contiene) dentro de las próximas dos décadas. Todo gracias a la difusión de nanobots por nuestra sangre, lo que mejorará nuestro rendimiento cerebral y permitirá sacar y almacenar nuestros datos más profundos como archivos en un ordenador. Lo dijo hace sólo unos días en una conferencia en Viena.

2035: "Habrá glóbulos rojos robóticos que nos permitirán estar horas bajo el agua"

El científico norteamericano estuvo en Madrid en junio y aseguró que muy pronto nuestra sangre estará formada por glóbulos rojos robóticos que posibilitarán esprintar durante quince minutos o sentarnos en el fondo de una piscina durante cuatro horas.

Kurzweil aseguró que incluso se podrán introducir nano-ordenadores en los cerebros para curar patologías como el Parkinson, como parte de las nuevas terapias y tratamiento de distintas enfermedades. "De aquí a 20 años esos equipos que ahora tienen el tamaño de un guisante y que requieren cirugía, tendrán el de una célula y no necesitarán de intervención quirúrgica".

2040: “El cuerpo humano 3.0 será como el de un T-1000 en Terminator”

Olvídense para dentro de 30 años de las estructuras corporales fijas, pues el hombre biológico en 2040 podrá alterar su forma y la apariencia externa a su voluntad, a través de la nanotecnología. Aunque dará igual como nos veamos, pues no será real. Según Kurzweil, la gente pasará por entonces la mayor parte de su tiempo inmerso en un entorno de realidad virtual completo, “como el de Matrix pero sin el giro distópico que le dieron los hermanos Wachowski”.

2045: “Un ordenador de 1000 $ tendrá tanta potencia como cien mil veces todos los cerebros humanos juntos”

Es el momento en que el hombre biológico entrará en la singularidad tecnológica: gracias a esta inmensa capacidad de cálculo, las inteligencias artificiales superarán a los seres humanos como las formas de vida más inteligentes en la Tierra. El desarrollo tecnológico es dirigido ahora por las máquinas, que actúan y se comunican tan rápido que los humanos normales no podrán ni siquiera comprender lo que está pasando.

Las máquinas entrarán en una "reacción fuera de control", y a partir de este punto, el avance tecnológico será explosivo, por lo que no puede predecirse con exactitud qué pasará (de ahí el término "singularidad").

Kurzweil no cree que a las máquinas les de por exterminar a la raza humana, al tomar conciencia de sí mismas en algún momento. Pero es que el hombre ya no será carne; se habrá convertido en híbridos humanos-máquinas, tan integrados que se hablará de una nueva categoría de "vida".

Más allá de 2045: “Se despertará, por fin, el Universo y el hombre alcanzará la inmortalidad”

Por su puesto Ray sí que se atreve a anticipar qué pasará a partir de ese momento. En este punto, el único camino posible para aumentar la inteligencia de las máquinas será abandonar nuestro planeta e iniciar la conversión de toda la materia del Universo en grandes ordenadores. En primer lugar en el Sistema Solar y luego hacia el espacio interestelar en todas direcciones: las sondas espaciales con tripulaciones de nanobots colonizarán planetas, lunas y meteoritos.

Este efecto "despertará" el Universo, hasta ahora inanimado, y toda la materia "tonta" (rocas, polvo, gases, etc) se convertirá en estructura capaz de soportar la vida. Aunque para entonces todo sea vida sintética y de nosotros sólo quede...un triste recuerdo almacenado en un disco duro para siempre.

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