OPINION

¡Cáscaras!: la membrana del huevo, un arma efectiva contra el calentamiento global

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¿Se imagina hacer una tortilla de 6 huevos y mantener las cáscaras en la terraza para ayudar al planeta? Aunque lo bueno del huevo está en el interior, la cáscara exterior puede convertirse en un buen aliado para reducir el exceso de CO2 que ahoga a la atmósfera.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Calcuta ha encontrado en la cubierta proteica que recubre interiormente la cáscara de los huevos un inesperado material reductor de emisiones de carbono atmosférico.

El equipo ha demostrado que esta membrana puede absorber casi siete veces su propio peso en dióxido de carbono; esto la convierte en una esponja ideal para la absorción de gases de efecto invernadero nocivos.

La membrana, que se puede observar al romper cualquier huevo, es de unos 100 micrómetros de espesor y está pegada a la cáscara. El equipo han demostrado que mediante la aplicación de un ácido débil puede ser separada para su uso como absorbente de dióxido de carbono.

Este recubrimiento interno de la cáscara de huevo está formada por dos láminas o subcapas fuertemente adheridas entre sí en la mayor parte del contorno, salvo en la porción obtusa del huevo, en la cual se encuentran separadas por una cámara de aire.

Aunque este método de separación con ácido funciona, en la actualidad no es un proceso eficiente. Pero teniendo en cuenta que cada año se producen cerca de 68 millones de toneladas de huevos en el mundo, el equipo dice que sin duda esta enorme cantidad es un incentivo para los investigadores a la hora de encontrar un método eficiente para utilizar el material de la membrana en la mejora del cambio climático.

Para hacer viable el proceso a escala industrial, sin embargo, los investigadores dicen que será necesario un método de separación mecánica y que en el futuro se involucre a los productores de huevos, que podrían sacar al mercado las membranas de sus huevos como un subproducto de valor añadido y ecológico.

Y también utilizar el resto de los productos de desecho del huevo (la cascara sólida), pues el carbonato de calcio que la forma, un compuesto que al ser calentado se convierte en óxido de calcio, también es un excelente absorbente de gases como el CO2.

Hasta que llegue ese momento, el consumidor puede ir desde ya haciendo un pequeño gesto para con la Tierra y dejar las cáscaras de los huevos airearse después de su consumo. No puede hacer mal y sí mucho bien, pues son pequeños gestos que multiplicados por millones de personas pueden convertirlos en esperanzadoras soluciones.

El estudio de la Universidad de Calcuta ha sido publicado en el International Journal of Global Warming del mes de octubre.

Vía Sify

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