OPINION

El coche supersónico Bloodhound SSC se materializa en Londres y recibe su primera multa

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Tras casi una década de investigación, y con los tres últimos años dedicados en cuerpo y alma al estudio aerodinámico del primer prototipo a escala real, el Bloodhound SSC, el coche de las mil millas por hora (1.610 Km/h, más allá de la velocidad del sonido) se está por fin fabricando para intentar batir el récord de velocidad de todos los tiempos en 2012, en el desierto sudafricano.

Han pasado once años desde que el Trust SSC consiguiese el Récord Mundial de velocidad, estableciéndolo en 1.232,93 Km/h, 763,053 Mph o algo más de Mach 1. Ahora el equipo inglés del Bloodhound quiere triturar dicha marca con un SSC (Super Sonic Car) que mide 12,8 metros de longitud, pesa 6,4 toneladas y está propulsado por el mismo reactor que usa el caza Eurofighter Typhoon, lo que le permite acelerar de 0 a 1000 mph en apenas 42 segundos, tirando de los 135.000 CV de empuje que ofrece.

Quizá el coche de las mil millas por hora no sea el modelo más adecuado para transitar por una ciudad como Londres. Es más, un pequeño utilitario de 75 CV, por ejemplo, se manejaría mejor por los estrechos cruces de la almendra central. Pero habrá que verlo rugir en la arena de un lago seco con el sol de la tarde calentándole el trasero.

Aún así se tomó la molestia de salir del túnel del viento y mostrarse niquelado junto a otros modelos comerciales sobre el asfalto, como en el caso de la foto, donde se compara con el típico taxi londinense. Los paseantes han podido ver al “sabueso supersónico” de cerca y también escudriñar el interior desde la ventanilla, observando un panel de mandos más parecido a la cabina de una nave intergaláctica que al salpicadero de un automóvil.

No es de extrañar; a 1.000 kilómetros por hora el piloto Andy Green, que se encargará de la proeza, se desplazará la longitud de un campo de fútbol en un abrir y cerrar de ojos. A esa enorme velocidad tiene que ser capaz de interpretar los controles de la instrumentación al instante. En consecuencia, el panel de mandos se ha configurado para proporcionar el mayor rendimiento de lectura en el mínimo tiempo, de ahí su aspecto futurista.

Una rapidez de lectura que el piloto Andy Green pudo experimentar en las calles de la capital británica, cuando un agente de la autoridad le extendió una receta por aparcar el prototipo en una zona carga y descarga ocupando 5 plazas. Al final la tinta no llegó al río y el agente fue llamado al orden por sus superiores, cuando la empresa constructora presentó los permisos de aparcamiento pertinentes.

A partir del momento en que "el sabueso" vuelva al hangar, 220 empresas de ingeniería de alta tecnología del Reino Unido empezarán a trabajar en la producción de componentes clave para el coche, mientras que la construcción del chásis definitivo se iniciará en enero de 2011.

Su ensamblaje llevará aproximadamente 12 meses antes de la prueba de pista en suelo británico. El objetivo del equipo es estar en Pan Hakskeen, provincia septentrional de Sudáfrica, para iniciar los tests definitivos sobre el terreno de la prueba para el verano de 2012.

Será en ese momento cuando sepamos si realmente el Bloodhound SSC está capacitado para moverse más rápido que una bala o se queda en un suspiro que se lleva el viento.

Más info: Bloodhound SSC

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