OPINION

Una cena relámpago en El Bulli de 2014 de la mano de Ferrán Adriá

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-“Señor Adriá, me estoy muriendo. ¿Hay alguna posibilidad, por lejana que sea, de que pueda comer en El Bulli antes de abandonar este mundo?”

- No.

El chef más influyente de nuestro tiempo pasó ayer por la San Sebastian Gastronomika por última vez como cocinero, antes de su conversión en crisálida tecnológica. A minutos de partir hacia Cala Montjoi, con 18 kilos menos debido al régimen, y tras una rueda de prensa maratoniana, se llevó consigo la última pregunta que le hizo un congresista panameño, la que encabeza este post.

Medio en broma, medio en serio (el preguntador frisaba la ancianidad), el chef no pudo sino mostrar su pesimismo por las inexistentes posibilidades de coger mesa antes del 30 de julio de 2011, dead line para el restaurante tal y cómo lo conocemos. “Éste es precisamente uno de los motivos que me han llevado a realizar la transformación de El Bulli en laboratorio de ideas”.

No poder responder a la demanda de clientes de medio mundo, de cientos de amigos, de miles de conocidos, ha llevado a Ferrán Adriá a replantearse el concepto de restaurante exclusivo para transformarlo en algo que pueda ser accesible a todos, en cualquier momento y en cualquier situación. “A partir de 2014, el que pruebe algo en El Bulli lo tendrá que explicar a los demás; y lo hará usando las nuevas tecnologías y en tiempo real”.

Para confirmarlo Ferrán Adriá traía bajo el brazo su reciente acuerdo con Telefónica, que por un plazo de 4 años le convertirá en embajador internacional de la compañía de bandera y que, a cambio, tendrá a su disposición todo “el i+D del i+D para transformar El Bulli en algo revolucionario” ¿En qué? “Todavía no sabemos lo que va a pasar, eso es lo interesante”.

Realmente Ferrán Adriá no sabe en qué va acabar El Bulli en 2014, como tampoco tiene muy claro como tratará las casi infinitas creaciones que saldrán de sus transformados muros. Lo dejó claro en su ponencia anterior ante un abarrotado Kursaal, que versaba sobre la forma de organizar un menú.

Si en 1990 El Bulli tenía una carta con dos entrantes, 4 platos principales y 2 postres, en 2010 el menú degustación está formado por 40 platos. ¿Cómo organizarlos para que el cliente disfrute de todos sin excepción?

“No hace falta inventar la pólvora en cada plato. Los 40 no tienen que ser revolucionarios. En el menú de esta temporada no hemos metido casi ninguna de las nuevas recetas que hemos creado en nuestro laboratorio este año. Hemos metido como mucho cuatro de cuarenta. Tenemos 110 recetas nuevas sin usar; como dos cartas y media”.

Sobredosis de platos y de ideas es una enfermedad de la que adolece El Bulli y Ferrán Adriá lo tiene claro. El concepto anterior se destruirá materialmente y en su lugar crecerá un nuevo edificio, un vórtice creativo sin parangón incapaz de atragantarse.

“A diario recibo unas 5 propuestas de colaboración, incluida alguna del MIT de Massachusetts; ninguna otra marca se ha atrevido a escoger a un cocinero en los términos que he exigido”, afirma sobre su compañera de viaje azul en este 'gastroroadshow' que empieza en 31 de julio, cuando cierren la cancela del restaurante, para terminar en 2014, con el nuevo edificio de la Fundación elBulli dibujado su silueta sobre la cala.

Telefónica aportará su know-how tecnológico para hacer realidad los sueños de Ferrán y sus socios Juli Soler, su hermano Albert Adrià y su mano derecha Oriol Castro.. “Veremos si usamos código abierto o cerrado y si todo se transforma en una red social; es pronto para decidirlo”, afirma el chef, que ya se refiere a su restaurante como un “un think-tank, un centro de creatividad pequeño y con poca gente, unas 20 o 30 personas y no todos cocineros. Yo no voy a cocinar platos para Telefónica; yo aportaré ideas”.

Todo el resto de colaboradores estarán en la nube, como adelantó el chef, cuyas intenciones de crear un Facebook de cocineros son más fuertes que nunca. “Hay 1,5 millones de empleados en restauración en España y 300 millones en el mundo, a los que se suman los gourmets. Está claro que eso es una enorme red social en potencia. Queremos hacer del feedback en Internet la nueva forma de difusión gastronómica”.

Mientras tanto, Ferrán viajará por el mundo dando conferencias, investigará, pasará temporadas en Japón "si es necesario" y ayudará a su hermano con el también nuevo "Ticket", el gastro-tapas-bar que inaugurarán en BCN. Y siempre con un objetivo en la cabeza, el que quizá más le haya influido para dar este cambio de dirección al mejor restaurante de nuestros siglo:

“En 2014 todo el mundo tendrá mesa en El Bulli gracias a la Red; se colgará en tiempo real todo lo que desarrolle en cada momento, para que España siga siendo vanguardia en la nueva era tecnológica-gastronómica”.

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