CitySpeed es un concepto de turbina urbana que ofrece una nueva manera de aprovechar la energía del tráfico de las ciudades. En esencia, convierte un túnel en una turbina de energía eólica modular que chupa la energía de los vehículos que pasan por él.
El proyecto, obra de los arquitectos italianos Alessandra Rapaccini y Giacomo Sanna, nació de la idea de lograr la producción de energía mediante el movimiento de la masa de aire producido por los coches.
Lo realmente novedoso de este sistema es que puede integrarse con estructuras viales existentes de forma muy flexible, poco intrusiva y muy respetuosa con el medio ambiente. Y tanto en túneles como en arcos exteriores.
La energía producida, aseguran sus creadores, servirá para proporcionar iluminación al propio túnel, a los carteles luminosos, a los teléfonos de emergencia etc.. Colocadas en el exterior, estás turbinas también podrían alimentar las farolas sobre la carretera.
Y además puede ser escalable a otros medios de transporte que viajen en túnel, como ferrocarriles y suburbanos. ¿Se imaginan que toda una línea de metro pudiera iluminarse con la estela que deja un convoy a su paso? Un poco se trata de eso.
La energía mecánica generada por el aire de los vehículos al circular por un túnel se convierte en electricidad a través de un sistema de pequeñas turbinas que incorporan su propia batería. Estas multiples baterías independientes permiten repararlas de forma individual, sin que afecten al conjunto en caso de fallo, haciendo el mantenimiento más fácil.
Una vez que la energía se almacena en el banco de baterías, se envía a una batería principal, que luego distribuye la potencia a los sistemas que requieren la electricidad.
En la actualidad, la turbina CitySpeed sigue siendo un proyecto sin planes inmediatos para comenzar su aplicación, a pesar de conseguir cierta atención por ser el ganador del concurso Mini Design Award del año 2009.
Sin embargo, el concepto en sí sigue siendo interesante y podría tener un gran potencial para países que buscan ampliar considerablemente la eficiencia de sus sistemas de carreteras, mientras que atienden a una mentalidad de energía renovables.
Probabilidades de instalación en España: muy escasas. Mientras no se aumente la velocidad en los túneles (por ejemplo, en la M-30 madrileña no se puede pasar de los 70 km/h), el futuro inmediato de estas turbinas luce ciertamente negro. Mohino, para ser más exactos.
Vía y fotos: Behance
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