OPINION

Proyectan clonar y mutar el ADN de William S. Burroughs a partir de sus heces en conserva

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El novelista americano William Seward Burroughs, un referente de la novela pulp americana y autor de grandes obras como “El almuerzo desnudo” o “Yonki”, es una de las figuras más transgresoras e inclasificables de la literatura universal.

Escatológico hasta sus entrañas, drogota como pocos, crítico con la sociedad como ninguno...seguro que se alegraría, incluso bendeciría con una pedorreta, el sueño de Adam Zaretsky y Tony Allard, los dos “bio-artistas” norteamericanos creadores de "Mutante or Die: A W.S. Burroughs Biotechnical Bestiary", un proyecto que básicamente convierte un trozo de caca de Burroughs en una obra de biotecnología mutante.

William Burroughs desgraciadamente murió en 1997 a la edad de 83 años, así que conseguir una muestra de sus deposiciones recientes no es posible. En cambio, utilizarán un excremento que obraba en posesión de un amigo de la familia, al que se le entregó en vida allá por 1927. Como buen amigo convenientemente lo conservó en resina epoxi en la creencia de que algún día (lejano) la propia caca podría devolver al artista a la vida.

Los dos investigadores (Zaretsky, que tiene experiencia en biotecnología, y Allard, es profesor universitario en San Diego) se moverán muy cerca de esa utopía solamente apta para un Burroughs o un Bukowski después de visitar al dealer. Afirman que su plan es "obtener un pegote" del excremento en conserva, aislar el ADN y hacer un montón de copias del mismo.

Una vez obtenido el ADN, utilizarían polvo de oro para absorber ese ADN y poder cargarlo en una "pistola de genes", una pistola de aire comprimido modificada para insertar genes en las plantas, los gusanos, las ratas y los seres humanos en experimentos. El polvo de ADN se disparará en una mezcla de sangre, excremento y semen y, a continuación, de acuerdo con los creadores, nacerá una nueva vida con forma de "bio-arte", una escultura mutante o ser de ignoto espectro.

Allard& Zaretsky admiten que el concepto es, para muchas personas y literalmente, una mierda: no es fácil de entender, incluso si usted es plenamente consciente de su propósito.

"La principal respuesta que hemos recibido de la gente es, '¿Hablas en serio?' "afirma Allard. Pero este no es un proyecto de arte típico. Ellos lo ven como un cambio en el paradigma de representación del arte, ya que, en este caso, el arte está en el organismo vivo al que se le ha inoculado las heces de William S. Burroughs.

Un buen intento de lograr lo que ellos llama una "mutación transgénica", algo que encaja muy bien con el espíritu de la obra de Burroughs (cuya cita más famosas es "¡mutar o morir!) y que también cuenta con la aprobación completa de los herederos del novelista.

Lo mismo ocurre con la mezcla de los distintos fluidos corporales. La unión de espermatozoides, células de la sangre y microflora está destinada a ser una especie de homenaje al mago del "cut-up", la técnica de escritura que se basaba en cortar al azar la mitad de las páginas de un libro para que no coincidieran con las otras páginas. Y el hecho de que el ADN se dispare con un arma es también una alusión al incidente de 1951, cuando Burroughs disparó en la cabeza y mató a su esposa en México mientras jugaban borrachos a "Guillermo Tell".

Los bio-artistas también se han tenido que defender de algunas críticas de la comunidad científica. Pero afirman en su descarga que “en la comunidad científica, las mutaciones transgénicas son comunes. Un pedazo de maíz puede tener el gen de un lenguado que le mantenga resistente a la sequía. Sin embargo, hay controles. Esta normalizado”

Aquí no se sabe que saldrá, y la aleatoriedad de este proyecto también es uno de sus puntos cardinales. Aunque Allard y Zaretsky han bromeado con que la combinación de sangre, esperma y caca de algún modo podría crear una raza de Burroughs monstruosos, homúnculos o hombrecillos que vagaran por los mundos (quizá disparando a manzanas), Allard se apresura en señalar que la cantidad de ADN del escritor es en realidad muy pequeña, básicamente lo poco que pudieron sacar junto con la flora intestinal de su estómago.

“Los científicos están obsesionados con estrictos controles sobre los factores aleatorios. Ellos no hacen las cosas sólo para ver qué va a pasar; ésto es lo que nos interesa de Burroughs, que se oponía a cualquier tipo de sistema de control. Creía en la diversidad a través de las mutaciones” concluye Allard.

Toda la info: Mutate or Die: a W.S. Burroughs Biotechnological Bestiary

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