OPINION

Un acelerómetro de papel promete hacer ubicua la sensación de movimiento

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Imagen: Xinyu Liu, Universidad de Harvard.

El acelerómetro es el dispositivo que incorporan los smartphones o el mando de la Wii para transmitir la información de los movimientos del jugador al aparato. También se utilizan para proteger el disco duro del portátil cuando éste se cae al suelo o para controlar las vibraciones en los puentes. A mediados de los 90 el desarrollo de acelerómetros pequeños y baratos consiguió revolucionar la fabricación de los air-bags. Aquellos dispositivos de silicio costaban unos pocos euros, un diezmo de lo que costaban los sistemas complejos utilizados hasta entonces.

Un profesor de química de Harvard ha desarrollado un acelerómetro de papel que puede revolucionar la electrónica, permitiendo que la sensación de movimiento sea ubicua, en aplicaciones aún por inventar. El dispositivo creado por George Whitesides tiene el tamaño de una moneda y un coste de fabricación de sólo 4 centavos de dólar, unos 3 céntimos de euro. El acelerómetro fue presentado en la conferencia IEEE MEMS durante la última semana de enero en Cancún, México.

El propio Whitesides cree que las aplicaciones del acelerómetro de papel son amplísimas en campos tan diversos como los gadgets electrónicos a la medicina. Según afirmó en la citada conferencia, relata IEEE,

“Los sensores de movimiento son una tecnología fabulosa para un enorme número de aplicaciones –espejos digitales, air bags y mecanismos de seguridad para armas nucleares- pero no son tan frecuentes en, por ejemplo, los electrodomésticos de la cocina en parte porque son muy caros”.

Frente a los acelerómetros de silicio, que exigen un complejo sistema de litografía en salas limpias, el sensor de papel tan sólo necesita unas tijeras y un cutter para fabricarse. Además, la eficiencia de uno no difiere demasiado: los primeros son capaces de registrar fuerzas a paritr de los 80 micronewtons, mientras los sensores de papel parten de los 120 micronewtons.

Posibilidades de comercialización: 80%. Entre las aplicaciones que se barajan está la de imitar las propiedades de la piel, incorporando el sensor en sustratos de silicona.

Visto en Popular Science.

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