El coronel norteamericano Benjamin Alvin Drew se convirtió el pasado 28 de febrero en el astronauta número 200 que salía a hacer una actividad extravehicular en la historia de la exploración espacial, cuando se aventuró fuera de la ISS tras llegar a bordo de la estación en la última misión STS-133 del Discovery.
Es de imaginar que cuando Alvin Drew regreso a la bodega de la estación, le entrarían unas ganas enormes de contar su hazaña a alguien. O quizá se lo debía a alguna persona. Así que cogió el teléfono de la ISS y decidió marcar el número de una vieja amiga y entusiasta de los viajes espaciales, la condesa viuda de Strathmore, que habita cientos de kilómetros más abajo en el Castillo de Glamis, en Escocia.
Pero como suele ocurrir en estos casos, la condesa no estaba en casa y se perdió una oportunidad única para hablar con un astronauta a mitad de misión.
La condesa afirma que cuando llegó a casa tras visitar a unos amigos tenía cinco mensajes, y entre ellos había uno de Alvin Drew, miembro del Discovery, diciendo que estaban sobre el Océano Atlántico y que se había acordado de ella y de su familia (en el buen sentido de la palabra).
El coronel Drew, a más de 220 millas sobre la Tierra, decidió dejarla un mensaje que comenzaba con la entradilla habitual: "Buenas tardes, este mensaje es para la condesa viuda de Strathmore...”
"Le habla el coronel Alvin Drew desde la Estación Espacial Internacional y estamos muy por encima del Océano Atlántico en este momento. Entiendo que está de viaje, por lo que creo que esta es la mejor manera de avisarle de mi llamada. Le deseo a usted y a su familia lo mejor desde aquí y que tengo muchas ganas de verla junto con los suyos en algún momento de este verano, cuando mi equipo y yo lleguemos al Space Camp de Escocía”.
La condesa viuda de Strathmore amadrina la Tayside Space School y ha acogido a una gran cantidad de astronautas y funcionarios de la NASA en visitas educativas a Escocia. Incluso prestó su castillo para que el año pasado fuera el escenario de la boda del también astronauta Jim Reilly. Ella se reunió con el Coronel Drew durante uno de estos viajes y le pidió que, si podía, le haría muy feliz que la llamara desde el espacio.
Lo que más rabia le da es que el coronel Alwin lo intentó por varios medios, ya que primero envío un e-mail desde la Estación Internacional para preguntarle a qué hora podía llamarla. Pero el problema fue que la condesa tampoco estaba en ese momento (parece una dama muy ocupada desde que murió su marido), por lo que no pudo contestar ni al mail ni a la llamada.
El mensaje, que se dejó a las 15:49 el domingo 06 de marzo, se ha copiado del dictáfono crepitante de la condesa y se ha trasladado a un CD para que pueda ser reproducido en las escuelas de todo el mundo.
Por su parte, la condesa también tiene un mensaje para el bueno del Coronel Alvin Drew, que le dará sin falta este verano en cuanto le vea: "la próxima vez, querido Benjamin....¡llámame al móvil!"
La condesa, todo el día de aquí para allá...
Vía: The Courier
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