iPad 2 deconstruido: las tripas de ese fino objeto de deseo

Hoy se pone a la venta el nuevo iPad 2, más fino, rápido y seguro. Las 17:00 del viernes es la hora elegida para que se desaten las hostilidades en las colas ante los distribuidores.

Posiblemente, lo último que hará un comprador nada más adquirir el aparato sea desguazarlo para ver su interior. Para esas frivolidades ayuda mucho el hecho de que en EE.UU. lleva a la venta desde hace 15 días, por lo que a muchos usuarios ya les ha dado tiempo a desarmarlo varias veces para ver que esconde.

Nosotros nos ponemos en la distancia el mono de bricomanía y avisamos como su pelirrojo presentador: “hoy vamos a desguazar un iPad 2; lo primero que necesitaremos es un secador de pelo...”

El nuevo iPad 2 es mucho más fino y liviano. Mide 8,8 milímetros, mientras que su antecesor medía 13,4 milímetros: 4,6 milímetros de diferencia, que en las distancias cortas son muchos. Para ello Apple ha reemplazado los clips metálicos que mantenían unido al antiguo iPad por pegamento.

Esto significa que para abrir el aparato necesitas un buen chorro de calor para derretir la cola y, luego, despegar el panel con cuidado. Se recomienda usar una pistola térmica mejor que un secador.

Así, con esos pelos, uno se enfrenta a la pantalla LCD. El iPad monta una pantalla de alta resolución de 9,7 pulgadas con retroiluminación por LED para que no falte brillo ni nitidez. No incorpora la tan ansiada Retina Display del iPhone 4, pero el hardware LCD hace de digno sustituto.

Más allá de los puntos por pulgada, la pantalla del iPad 2 tiene un rendimiento muy similar a la Retina Display del iPhone 4. Un buen ahorro al haber conseguido resultados similares sin necesidad de pagar esta costosa tecnología.

Tras desconectar los cables que lo conectan con el LCD, se descubre la placa base, que nos da un buen vistazo a los circuitos integrados. Allí viven los chips de Texas Instruments, Broadcom, Toshiba y Samsung. Este último fabrica el procesador Apple A5 de 1 GHz y doble núcleo con bus de 200 MHz y 512 MB de memoria RAM. Gracias a su nuevo motor, el iPad 2 puede hacer el doble que su hermano en el mismo tiempo.

Debajo se encuentra la batería, el secreto de su éxito. En el iPad original, la batería abultaba 6.1 mm. Ahora, sólo se eleva 2.5 mm. Pese a ello, han conseguido que la autonomía prácticamente se mantenga idéntica al modelo predecesor, algo que han logrado con un modelo de tres celdas masivas de iones de litio.

Con esta configuración es capaz de un rendimiento gráfico hasta 9 veces más rápido, resistiendo hasta 10 horas funcionamiento. Ciertamente un prodigio del diseño en sólo un año de transformación.

En la parte inferior de la batería se encuentra la cámara frontal. El iPad original se puso en el mercado justo antes de que estrenasen la videoconferencia FaceTime con el iPhone 4, y ahora la cámara es una de sus principales novedades. Pero no la más lograda. Con una resolución de 1280 x 720 pixeles (equivalente a 0,92 megapíxeles), dicen que deja bastante que desear y está por debajo del iPhone 4 y el iPod Touch de 4 generación.

Aunque con el vídeo da lo mejor de sí misma grabando a 30 fotogramas por segundo con audio y 720p. La vida es en movimiento, así que ha sido concebida a la medida de la videoconferencia, dejando un poco de lado la foto fija.

Hacia la derecha, siguiendo el canto, asoman el giroscopio y, a su lado, el acelerómetro, ambos obra de STMicroelectronics. Ahora los dos componentes funcionan juntos para detectar dónde está el iPad y hacia dónde va. De esta forma los juegos, los mapas y otras aplicaciones son capaces de percibir cualquier giro o movimiento, pero también cualquier traslación en el espacio. Interesante.

Y ya está desnudo. Sólo faltan por desatornillar los pequeños altavoces (otro de sus pequeños peros) para dejarlo libre de polvo y paja y con las entrañas listas para revista. Ahora sólo falta volver a montarlo. Recuerden tener un pincel de Loctite a mano, que es trabajo fino. Casi de artesano.

Fotos e instrucciones: iFixit