OPINION

Este hombre ha inventado un prodigioso detector de chinches con la única ayuda de su perro

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Aunque las chinches se consideran unos bichos de tiempos pasados (hace 20 años que fueron prácticamente erradicadas de muchos países occidentales) los científicos alertan del advenimiento de una nueva plaga de estos insectos, que han vuelto con bríos renovados debido a factores como el incremento de los viajes por todo el planeta y al declive del uso del poderoso pero nocivo insecticida DDT, que los mantenía a raya.

Estos hemípteros han reaparecido a una velocidad alarmante para muchos países, que ven como son capaces de saltar de las camas a zonas públicas como cines y tiendas, donde la moqueta tapiza suelos y paredes, extendiéndose su contagio a las personas.

Estos “monstruos invisibles que te torturan por la noche" chupándote la sangre no responden a los cebos de veneno o a las trampas, a diferencia de las cucarachas o los ratones. Por tanto los exterminadores profesionales de chinches debe encomendarse a rociar fuertes venenos a ciegas. Por eso dar con la localización exacta de los insectos es vital para la eliminación efectiva de la infestación.

Durante una inspección típica, un exterminador puede pasar hasta una hora por habitación buscando chinches. Chris Goggini, un ingeniero mecánico residente en Wilmington, Carolina del Norte, hace el mismo trabajo en poco más de 10 minutos, gracias a un revolucionario invento creado por él mismo que las localiza como un sabueso.

El dispositivo reproduce en cierta manera el sistema olfativo de los perros, lo que le permite detectar las feromonas de las chinches, una sustancia química que los insectos utilizan para comunicarse unos con otros.

En los últimos años los exterminadores de chinches han demostrado, en un estudio controlado, que los perros pueden ser entrenados para reconocer las feromonas de las chinches con una precisión de 98%. Sólo había que trasladar la habilidad olfativa del perro al detector.

Para ello Chris Goggini contó con la ayuda de su cocker spaniel Nina, que actuó como modelo de pruebas para determinar la cadencia de olfateo y el ritmo que los perros usan para respirar un olor. El dispositivo-detector usa un ventilador para aspirar el aire a través de siete pequeños orificios en un tubo.

El aire entra en contacto con tres sensores capaces de detectar la firma aromática única de cada insecto, una combinación de feromonas, CO2 y metano. Un software monitorea y ajusta el sistema; y una pantalla a color muestra cuando el usuario está cada vez más cerca o más lejos de la fuente, en un símil parecido (aunque en otra dimensión) a los aparatos que localizan aliens en oscuros y húmedos pasadizos de ficción.

Los trabajadores de control de plagas de los EE.UU. en la actualidad emplean a alrededor de 200 perros para localizar chinches. Sin embargo, la formación y el cuidado de un perro puede costar a una empresa exterminadora entre 20.000 € y 50.000 €, según datos de la National Pest Management Association, un coste que generalmente pasan al cliente en forma de abultada factura.

Dado que la formación no está regulada, algunos perros no aprenden a encontrar chinches adecuadamente. Lo comprobó Chris Goggini con su cocker Nina, que descubrió con ella que los perros no distinguen entre las feromonas masculinas y femeninas, y por lo tanto no discriminan que la puesta de miles de huevos por las hembras presenta el mayor riesgo de infestación. Tampoco detectan otras emisiones de los insectos como el dióxido de carbono o el metano.

La versión electrónica del localiza-chinches de Goggin utiliza dos sensores de carbono y de metano, así como un detector de feromonas inventado ex profeso. Con eso logra identificar las chinches con una resolución de sólo 7 cm2, localizando la zona exacta donde anidan con 3 veces más precisión de lo que lo haría un perro.

El dispositivo también puede saber el sexo de los insectos, para ir a cuchillo con las damas reproductoras. La unidad portátil saldrá a la venta este año por unos 140 € y su creador afirma que ya trabaja en un nuevo modelo que localizará, por el mismo método, una amplia variedad de plagas, como cucarachas, hormigas y hasta ratones.

Vía Crave

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