OPINION

Estados Unidos prepara su ejército de hackers

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Si la importancia de organizaciones (si se les puede dar ese nombre) como Anonymous o LulzSec ha servido para algo, es para demostrar que las reglas del juego están cambiando y que en Internet no hace falta ser grande para marcar la diferencia.

Lo pueden decir Mastercard, Paypal y otras muchas grandes compañías: los hackers están ahí, individuos expertos en seguridad informática colocados sobre el fino hilo que limita lo legal e ilegal, dispuestos a actuar por cuenta propia si lo creen necesario.

El Gobierno norteamericano también es muy consciente de la amenaza que supone dejar expuestas sus redes informáticas, con lo que recientemente ha decidido tomar cartas en el asunto. Defcon, una conferencia anual de hackers celebrada en Las Vegas, se ha convertido en el primer centro de reclutamiento del autodenominado ejército de ‘ciber-guerreros’ estadounidense.

Encabezadas por la NSA (National Security Agency), distintas agencias del gobierno han pagado los 150 dólares (en metálico, sin identificación, sin preguntas, sin nombres) para acceder al certamen y lanzar un reto sobre los asistentes: “probar sus habilidades, enfrentándose a los problemas más complicados de La Tierra”.

Comentarios aparte sobre el hollywoodiense desafío, la propuesta es seria. En palabras de Richard "Dickie" George, encargado del proyecto de ‘defensa cibernética’ de la NSA, “lo que hoy necesitamos son ciber-guerreros, no científicos de cohetes. Queremos a los mejores para ascenderlos a ese estatus de ciber-guerrero”.

Lo están haciendo: entre este año y el siguiente sólo la NSA espera haber contratado 3.000 nuevos trabajadores a los que dedicar a asuntos de ataque y defensa informática.

Una buen cebo para peces muy recelosos

La iniciativa federal choca de plano con los estereotipos sobre el llamado ‘hacker’ y su natural desconfianza hacia la autoridad. ¿Aceptaría el gato callejero trabajar para un doberman?

Jeff Moss, conocido en sus círculos como Dark Tangent, es un ejemplo de hacker convertido a las filas del gobierno. Fundador de Defcon y Black Hat, otra conferencia sobre seguridad electrónica, forma parte de un grupo de trabajo que asesora al gobierno americano en cuestiones de ciberseguridad.  No le gusta que les comparen con ningún tipo de actividad delictiva. “Puedes desarrollar totalmente tus habilidades como hacker sin tener que saltarte ninguna ley”, sostiene.

Otro aspecto que de seguro la agencia tendrá que resolver es el delicado aspecto de la privacidad de sus nuevos miembros. Trabajar en la NSA no lo puede hacer cualquiera sin antes pasar por varias pruebas de consumo de drogas, un detector de mentiras y un riguroso examen sobre la vida del aspirante. Tres evaluaciones capaces de incomodar hasta al más confiado.

Pero las perspectivas de trabajo son buenas. O al menos eso quieren hacer creer. La NSA les ofrece acceso a la última tecnología, la oportunidad (nada usual) de trabajar con otros hackers y hacerlo “por el bien común”.

¿Qué tendrán que decir a esto las redes organizadas de hackers existentes por todo el globo? ¿Callarán, se enfrentarán o pasarán por el aro del gobierno?

Resultaría raro que Anonymous, cada vez más identificado con movimientos antisistema y carente de cualquier cúpula directiva, decida disolverse alegremente para engrosar las listas de funcionarios públicos.

Cada vez más, las luchas se ganarán también con ordenadores en vez de tanques y la munición se transformará en letales y silenciosos bits. Es un cambio preferible a las balas a las que estamos acostumbrados, por las que millones de personas se ven obligadas a pasar hambre y morir lejos de sus hogares. Pero en esas guerras del futuro, también habrá ciudadanos que decidan luchar por su cuenta.

Fuentes: reuters, defcon

Imagen: flickr leduardo

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