OPINION

Tres inventos para llevar agua limpia y potable a países en vías de desarrollo

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Uno de los mayores riesgos a los que se enfrenta la población de una región afectada por una gran catástrofe, ya sean guerras, desastres naturales o hambrunas, es la escasez de agua potable.

El 97,5% del agua existente en nuestro planeta es salada. Del resto, menos del 1% es apta para el consumo humano. Por desgracia, desalinizar el agua del mar es proceso muy costoso y contaminante, que requiere de grandes plantas industriales y energía eléctrica.

Imaginemos ahora que se crea un aparato portátil, respetuoso con el medio ambiente y barato de fabricar, para suministrar de agua limpia a las regiones más necesitadas del mundo. Ese aparato existe. Lo han bautizado como ‘Haitian Desal-A-Nation’.

Diseñado por norteamericano Joe Kasper, tiene la forma de un tostador, cuyo fondo se llena de agua salada. Después, el sol lo calienta hasta que el líquido se evapora, pasa por un tubo y se condensa de nuevo libre de sal en una cámara situada encima.

De funcionar como se espera, el aparato sería ideal para actuar durante crisis humanitarias en los países más pobres. Uno de los mayores riesgos durante este tipo de emergencias es la propagación de enfermedades causadas por el consumo de agua contaminada, como la diarrea, cólera o el tifus, capaces de causar estragos sin la preparación sanitaria adecuada.

Precisamente, el aparato ha recibido su nombre por Haití, que pese a disponer de abundante agua salada, aún hoy continúa con escasez de reservas potables desde el terremoto que asoló el país en enero de 2010.

No es la primera vez que se investiga la creación de uno de estos ingenios. El año pasado, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) presentó otro sistema con el mismo objetivo, pero pensado para desalinizar agua a gran escala.

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El mecanismo era similar al desarrollado por Joe Kasper. La energía solar se utiliza para ‘empujar’ el agua a alta presión a través de unos filtros que la libran de sales minerales y la hacen apta para el consumo. Los investigadores estimaron que la creación de cada uno de estos aparatos costaría alrededor de 6.000 euros, y que podrían producir alrededor de 4.000 litros de agua potable diarios.

Otro tanto se apuntaron los chicos de la Universidad de California – Los Ángeles, pero pensado también para la industria pesada. El M3, es un sistema de desalinización móvil inteligente, que tiene por objetivo servir como una máquina ‘piloto’ a la hora de estudiar la viabilidad de desalinizadoras más grandes.

El M3 también sirve para funcionar en países en vías de desarrollo, ya que no necesita de un conocimiento muy especializado para funcionar. De hecho, su mejor baza es ser ‘inteligente’, es decir, mide constantemente los niveles de calidad (ph, salinidad, turbidez y temperatura) del agua y adapta su funcionamiento para seguir trabajando con el menor consumo energético posible.

Sus desarrolladores estiman que podría abastecer agua potable para entre 6.000 y 12.000 personas. Cabe en una furgoneta, y puede transportarse sin mayor dificultad. La pena, necesita de corriente eléctrica para funcionar. Y de dos hombres para cargarla en la furgoneta, claro.

Fuentes e imágenes: CoroFlot, amazing.es, madridmas.org, wikipedia.org

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