OPINION

¿Por qué lo llaman “rollo generoso” cuando quieren decir “rodillo de especies”?

rollo1
rollo1

La delicadeza intrínseca de la comida japonesa también puede esconder extraños contrapuntos capaces de quitar el hipo a cualquier gourmet. El restaurante Umewaka, en la ciudad de Anjo, Japón, es diferente a cualquier restaurante de sushi en el mundo, pues aquí sirven su “Generous Roll”, un futomaki que contiene 24 deliciosos ingredientes, incluyendo una amplia variedad de pescados, mariscos, verduras y arroz.

Todo dispuesto y abrazado por un pedazo de 2 metros de largo de algas secas. Su peso es de casi 6 kilos, alcanza los 25 cm de diámetro y se tiene que pedir por lo menos con 2 días de antelación.

Como te puedes imaginar, no es un manjar barato: 15.000 ¥ (casi 150 € de vellón) por una de estas porciones de futomaki, un “sushi de rollo grueso” que hará necesario utilizar remos de trainera para poder llevarlo a la boca. Se sirve en un plato de madera de gran tamaño rebosante de nutrido acompañamiento, como Ikura, Tamago, Maguro, pulpos y calamares por doquier.

Pero eso no es todo. El "rollo generoso" está concebido para compartir y equivale a 40 porciones de otro de sus platos estrella, los nigiri-sushi gigantes, unas bolas de arroz moldeadas por la mano de un pelotari y cubiertas con un trozo de pescado crudo del tamaño de un baby-Kraken.

El nigiri del Umewaka incluye, también, grandes bloques de huevo y mariscos, sin hablar de generosas porciones del famoso "maguro "(atún rojo en japonés).

A cualquier defensor del planeta en su sano juicio, y sabiendo que más del 75% de los océanos del mundo están sobreexplotados (mucha culpa tienen los japoneses), le sería difícil ser un amante del sushi gigante en estos tiempos que corren.

Por eso el restaurante Umewaka también tiene una versión de bolsillo de nigiri, tan pequeño que una ración completa cabe en una caja de cerillas. Para los que en vez de sal de frutas prefieren aplacar los ácidos de su conciencia con cosas más recogidas.

Mientras que los aficionados a comer pescado (y sushi) no encontremos una manera más sostenible de hincharnos la panza, las especies seguirán desapareciendo sin remisión.

Si queremos dar alguna posibilidad a nuestros sabrosos amigos que viven debajo del mar, deberíamos empezar a consumir pequeñas cantidades y, si es posible, de peces más pequeños (como la caballa, la sardina o el arenque), que nadan en un escalón inferior en la cadena alimentaria.

O, simplemente, asegurarnos que el pez que nos comemos no es una especie en peligro de extinción, como el atún rojo.

Vía geekosystem

Mostrar comentarios