nEUROn sale del hangar: el primer avión de combate no tripulado europeo

Tras cinco años cinco años de diseño, desarrollo, fabricación y montaje, el pasado 23 de enero Europa debutó en las ligas mayores de los UCAV (unmanned combat air vehicle) con el modelo nEUROn, el que promete ser la joya más pequeña de nuestros cielos continentales.

La empresa aeronáutica francesa Dassault hizo la presentación oficial en Istres (Francia) del primer prototipo europeo operativo de este avión de combate sin piloto, una especie de fusión entre un bombardero B-2 estadounidense con un F-117 (Lockheed F-117 Nighthawk) que mide 9,5 metros, tiene 12,5 metros de envergadura de alas y es capaz de portar en compartimientos interiores armas de hasta seis toneladas, mientras la propulsión a chorro le permite acelerarse hasta los 920 Km/h.

Se busca un avión no tripulado que roce la indetectabilidad (furtividad), con capacidad de detección, localización y reconocimiento autónomo de objetivos terrestres y que tenga la capacidad de lanzar armas aire-tierra-agua desde su bodega interna.

Como su propio nombre indica, el proyecto tiene pinta de llevarse una buena cantidad de euros en su presupuesto: nada menos que 405 millones de euros, que han sido aportados por seis naciones (España, Francia, Grecia, Italia, Suecia y Suiza). Las primeras pruebas de los motores se realizarán en un plazo muy breve, mientras está previsto realizar el primer vuelo de prueba a mitad de este año 2012.

Y, ahora, la pregunta obligada: ¿Qué hacen países en profunda crisis como España, Italia o Grecia metidos en un proyecto de semejante calado económico, con lo que está cayendo precisamente del cielo?

Es todo cuestión de cuando se firman los papeles. El proyecto nEUROn fue impulsado en 2003 a iniciativa del ministro francés de Defensa, con el objetivo de desarrollar tecnologías campeonas para los aviones del futuro y, ya de paso, probar y validar un modelo de cooperación comunitario innovador, que optimiza los respectivos conocimientos técnicos de las industrias participantes bajo el liderazgo de un reconocido contratista principal, en este caso Dassault.

La elección de los socios industriales, EADS-CASA por España, se basó en la experiencia de los mismos para aprovechar los nichos tecnológicos en los que son referentes, como forma de reducir los costes y facilitar la integración y sinergia de los demás actores. España entró en el programa allá por el 19 de mayo de 2005, cuando todo eran días de vino de Rioja y rosas.

Ese día, en las instalaciones de EADS CASA en Getafe, la compañía española y Dassault Aviation firmaron el contrato que establecía la participación de la parte española en el programa.

Así Dassault se convirtió en el responsable del diseño y arquitectura general del sistema, así como del montaje final y de las pruebas de vuelo; Alenia Aermacchi, por Italia, se hace cargo de la bodega interna de armas y el sistema de datos del aire; EADS-CASA de las alas, la estación terrestre y la integración de enlace de datos; Saab del diseño general del fuselaje principal, la aviónica y el sistema de combustible; la griega HAI del fuselaje trasero y la salida de gases; mientras que la suiza RUAG de las pruebas de túnel de viento de baja velocidad y los sistemas de armas.

Uno de los objetivos del “Proyecto nEUROna” no es sólo hacer volar esta fiera de la ingeniería, sino también "desarrollar las tecnologías críticas para los aviones de combate del mañana" según Dassault, gracias a esta plataforma de trabajo colaborativa y común entre los países europeos.

Si tienen éxito, y ese pájaro vuela alto con lo que está cayendo, podríamos ver una industria aeroespacial europea que comienza a revitalizarse, viendo la luz al final del túnel y recogiendo los frutos que el Eurofighter una vez dejó caer del manzano de la abundancia.

Una vez presentado el avión, son los gobiernos los que tienen que considerar cuál va a ser la continuidad de su participación en el mismo, para aprovechar la experiencia obtenida durante estos cincos años de trabajo...o para perderla como humo que se lleva el aire.

Fuente y fotos: Dassault 1 y 2