OPINION

6 formas insólitas de decorar bolardos y mojones

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Para la mayoría, los bolardos no son sino un estorbo, un gris y triste enemigo de nuestro coche en su lucha por la supremacía de las calles. Hay quien habla incluso de “la problemática de los bolardos”. Y para los peatones son también un engorro, causantes de inumerables golpes y contusiones, especialmente en la entrepierna. Los bomberos también los odian, y encima suelen ser feos y tristes.

Quizá por eso, convertirlos en algo divertido y vistoso supone todo un reto para estos amantes del “street art”. Artistas y autoridades de todo el mundo han querido transformar estos antipáticos ejemplos de mobiliario urbano en objetos de fantasía, balones o hasta personas. El último grito: abrigarlos para que no cojan frío. Bolardos ciclópeos: Creados por el artista callejero Le Cyklop, adornan desde hace unos días las calles de París. La idea de Le Cyklop es otorgar a cada bolardo su personalidad, con colores y diseños diferentes para cada uno de ellos, con unos resultados divertidos y coloristas. Claro que ya hay quien lo ha interpretado como una denuncia de la vigilancia en las calles a las que nos someten las autoridades…

Los bolardos de Jan Mitchel: Situados en el paseo marítimo de Geelong, Australia, son uno de los primeros ejemplos de este tipo de arte urbano. Fueron pintados en 1994 y son uno de los principales reclamos turísticos de esta ciudad. Son más de 100 y algunos han sido trasladados al aeropuerto cercano, para dar la bienvenida a los turistas.

Tricolardos: En la madrileña calle de San Eugenio, en Antón Martín, se encuentran estos bolardos, que dan la bienvenida a una tienda de vinos de la  zona. Fueron creados por Teje la Araña, y sorprenden a propios y extraños.

Museo State Hermitage: Este museo de San Petesburgo, Rusia, saluda a los visitantes con un colorista diseño ajedrezado que lo hace único en el mundo y muy apreciados por los fans de estos objetos (que existen, os lo aseguramos). Además del patrón decorativo, la propia talla de la piedra está muy cuidada, así como su disposición en el suelo, con círculos concéntricos de piedrecillas. Para gourmets de este mundillo (eso sí, no intentéis morderlos).

Balones de piedra: En el FedEx Forum, hogar del equipo de la NBA Memphis Grizzlies, optaron por dar un simpático tema a los bolardos que tenían que instalar. Todos han sido convertidos en balones, y no sólo de baloncesto, sino también de otros deportes. Eso sí: siguen clavados a la piedra y siendo de un tamaño considerable: ni Marc Gasol podría con ellos.

Los niños-bolardo: Original es… pero hay que reconocer que da un poco de yuyu. Aparecieron en ciudades como Leicester o Nottingham, en Inglaterra, por iniciativa de sus ayuntamientos. Aunque parecen escapados de un episodio de “El planeta imaginario”, cumplen un objetivo muy concreto: recordar a los conductores que pasan cerca de un colegio y que deben andar con cuidado. Y por lo que dicen, funcionan. Lo que no dicen es si los niños que los ven a diario acaban soñando con ellos.

Vía EmpireFun, Aleuzzi y Cooking Ideas. Si te apasiona el tema, no dejes de visitar Boulards of London

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