OPINION

Catálogo viejuno de novatadas retorcidas y crueles de las fraternidades americanas

demoulin_the_molten_lead_test
demoulin_the_molten_lead_test

Muchos de nuestros mayores recuerdan los retorcidísimos  inventos del profesor Franz de Copenhague, de aquel entrañable TBO original. Los que os traemos hoy no sólo los preceden en el tiempo, sino que además eran bastante más crueles... ¡y además eran verdad y se vendían! El origen de estas imágenes es el ya legendario "Catálogo de DeMoulin Bros. & Co”, en su edición de 1930, repleto de ingenios rocambolescos e ideas de lo más locas.

Se trata de una compañía que vendía “invenciones curiosas”: básicamente objetos de broma para algún tipo de logia, hermandad o club privado. En aquella época, el 40% de los varones estadounidenses pertenecían a alguna agrupación de este tipo: recuerden a Los canterosLos búfalos mojados. Y por lo que vemos, hacían gala, en ocasiones de un peculiar y malévolo sentido del humor. Hemos escogido algunos de los que nos han parecido más crueles, novatadas con mucha mala leche para hacer sufrir a los pobres pipiolos que ingresan en nuestra selecta sociedad.

10. La mesa giratoria

Aquí la cosa adquiere tintes bíblicos. Se sugiere que uno de los participantes se disfrace de diablo para hacer pasar por varias torturas a un voluntario (o no) incauto. La mesa era la puntilla a una noche de sustos y bromazos. Tras tumbas al sujeto con los ojos vendados y atarle a la mesa, esta, sin previo aviso, comenzaba a dar giros sobre su eje, dejando al pecador afrontando su descenso a los infiernos y con un susto de muerte.

9. El trono de honor

Tras muchas perrerías, nuestro querido candidato es elevado a un trono. ¡Ya es uno de nosotros! ¿O no? Porque con pulsar una palanca, nuestro asiento desaparecerá, los escalones se convertirán en una rampa gracias a la cual daremos de culo en el suelo. Por si fuera poco, podemos caer en un ridículo carrito para que la humillación sea mayor. Menudo “Juego de Tronos”.

8. La máquina rejuvenecedora

Algunos de los ingenios de DeMoulin Bros eran de lo más rocambolesco. Atención al concepto: la víctima es bajada (con cuerda y polea) en el interior de una supuesta máquina rejuvenecedora. Al entrar en contacto con el tubo de entrada, comienzan los calambres. En el interior debe cambiar su ropa por la facilitada: ropa echa jirones. Al salir, parece estar hecho polvo: el proceso ha fallado… pero vuelve a la juventud cuando pisa la placa de salida: de nuevo más calambrazos para hacer que salte y se retuerza. ¡Juega como un niño!

7. El ponche asqueroso

En esta inocentada podemos poner a prueba nuestra creatividad. Podemos llenarla de sangre de cabra, o de agua repleta de basura de todo tipo. ¡Que cada uno aporte sus ideas! Zapatos viejos, tierra, un gorrión muerto, insectos… incluso orina, ¿Qué más da? Lo que importa es que le revuelva el estómago al invitado. A continuación, toca desafiar al invitado. Por supuesto, no va a beber esta porquería: un depósito oculto contiene la bebida convencional que deseemos.

6. El Sacamuelas

Ideal para estudiantes de odontología: sufre en tus carnes los rigores de la profesión. Se trata de unos alicates con los que se rompe una muy crujiente muela falsa, con sangre de mentira en su interior. El pobre diablo engañado escupe preocupado el líquido vital con los restos de su propio diente, y se lleva un disgusto tremendo, hasta que se percata que es una broma. Y sus queridos compañeros, partiéndonos de risa.

5. La prueba del plomo fundido

Una manera de probar el temple y la dedicación del grupo: meter la mano en un recipiente con plomo fundido, ardiente. Por supuesto, en lugar del metal fundido a temperaturas peligrosísimos, había algo de agua fría y “mercurina”, que le daba el aspecto necesario para dar un susto de muerte al pobre novato.

4. La prueba del balón de hierro

Toda una demostración de temple. Se sitúa un pequeño cañón en el techo, Se demuestra que este es bien pesado: 20 kilos de metal dispuestos a golpear nuestro abdomen. Ahora le toca al elegido demostrar su valor y compromiso por la causa: el mismo tirará de la cuerda que lanzará la bala contra su pecho. ¿Se atreverá? ¿O le tendremos que forzar

Pero claro: la cosa tiene truco. En un momento dado, le damos el cambiazo y ponemos una pelota de plástico de aspecto similar. El mal trago no se lo quita nadie.

3. El gran cañón

¿Qué clase de hermandad puede exigir a sus miembros ser disparado por un cañón? Las americanas, esas mismas. Pero tranquilos, que el objetivo podía protegerse con un disfraz acolchado. Eso sí: en el momento del impacto, podíamos aumentar el susto accionando el circuito de la silla eléctrica donde se sentaba. ¡Golpe y calambrazo, todo en uno!

2. La guillotina

Aquí ya comenzamos a preguntarnos qué tipo de espectáculo hemos acudido a ver, o de qué tipo de asociación queremos formar parte. ¿Una iglesia satánica? Nuestros compañeros nos condenan a la guillotina. Esposados y atados, rogamos que todo esto sea una broma. Y así es, claro: unos topes de seguridad paran la cuchilla. “Inofensivo”, dice el catálogo. Habrá que creerlo.

1. La sierra circular

Ideal para los fans del cine: la típica trampa con la que hacer sufrir al héroe o heroína. Aquí, el pobre elegido para el bromazo, es atado a una tabla que avanza inexorablemente al encuentro con una sierra circulas. Pero tranquilos: el cajón se bloqueaba cuando quedan pocos centímetros para llegar a su fatal destino. ¿Y si falla? ¡Que miedo!

Vía Phoenixarmory.

Más inventos absurdos:

Cinco inventos que son mucho más antiguos de lo que creías

Las armas más extravagantes del siglo XIX

La TáctilVisión, el Diáfono y otros inventos de “cine total” del visionario Val del Omar

Mostrar comentarios