OPINION

Ikea planea construir su propia ciudad al este de Londres

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Muchos creíamos que la ambición de construir Ikea había tocado techo con la llegada de las casas para montar que la compañía oferta. “Para entrar a vivir”, literalmente, puesto que hasta las podemos comprar decoradas y amuebladas con su aséptico estilo.

Qué equivocados estábamos. El gigante sueco del hogar aspira a más. Mucho más.

Aspira incluso a construir su propia ciudad. El proyecto para construir una gran urbanización para 6.000 personas ya ha comenzado. Los afortunados habitantes de uno de los pisos o casas de esta “ciudad” vivirán rodeados del estilo Ikea, y lo podrán experimentar en sus calles, parques y tiendas. El experimento ya está en marcha: Londres ha sido el lugar elegido para edificar este barrio en el que todas las viviendas serán de alquiler. No ha trascendido si los habitantes de la ciudad Ikea tendrán que montarse sus propios edificios.

Una zona repleta de descampados, al este de Londres, entre dos canales y cerca de las instalaciones de los Juegos Olímpicos de este verano, ha sido la elegida para este plan urbanístico. Su visión: convertirla en una muestra más de la eficiencia nórdica. Se construirán un total de 1.200 pisos y casas con diferentes precios, la mayoría, apropiados para las familias, y todos con puertas que dan directamente a la calle. Habrá oficinas, tiendas, plazas y un hotel, y uno de esos canales cruzará el barrio, permitiendo circular pequeñas embarcaciones de todo tipo.

“Mantendremos la filosofía de Ikea. No queremos producir para los ricos o los súper-ricos; queremos producir para las familias, para el pueblo”, ha declarado Harald Müller, director de LandProp, el brazo de Ikea destinado a la construcción y urbanización. Nuestra intención será conseguir los precios apropiados para casas y oficinas, mientras ofrecemos nuestra acostumbrada buena calidad. Queremos ser lo bastante listos en nuestro diseño, para ofrecer el producto a un precio razonable”, añadió.

La idea de un pueblo de Ikea es uno sin apenas coches, con amplias aceras para pasear y carriles bus. Los edificios tendrán una altura limitada, y las tiendas y establecimientos se alquilarán principalmente a pequeños empresarios, no a franquicias, para mantener el barrio como algo “más personal”. Efectivamente, prometen que no habrá una tienda de la marca en cada esquina.

El concepto de un barrio sólo de alquiler, donde todas las casas son propiedad de una compañía, nos resulta algo extraña, pero es más que común en Suecia y los países nórdicos. Müller afirma que la zona será más dinámica, puesto que no especuladores con pisos vacíos. Claro que, como apuntan algunos, una ciudad sin propietarios se convierte en algo estático, en el que nadie invierte para renovar las casas o los comercios. Nadie… excepto la propia compañía, que actuará como una suerte de “mega casero”.

Y es que aunque no oferten albóndigas, como en las tiendas, su supervisión será total. Se dará prioridad a actividades como mercados de productos frescos, tiendas de antigüedades, puestos de flores… además de contar con todo tipo de servicios y un especial hincapié en la limpieza. La idea que transmite Mr. Müller es que la compañía se convierta en el alcalde de su propio pueblo y maneje todos los asuntos de igual manera.

¿Qué opináis? ¿Veremos pronto estas “Ikea-Town” en otras partes de Europa? Si este experimento funciona, podéis apostar que sí: el titán de la decoración tiene fondos de sobra para acometer proyectos como estos a corto plazo. Eso sí: en nuestro país, en el que la burbuja inmobiliaria parece que no termina de explotar jamás (y así nos va), quizá tengamos que esperar un poquito más.

Lo vimos en The Globe and Mail

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