OPINION

Grandes ideas de negocio: Dead Dogs Ltd., perritos calientes que son para morirse

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Salvatore La Barbera, de 64 años, es un coleccionista de autos norteamericano y promotor de centros comerciales, que gusta de adquirir alguna pieza por Internet y que un buen dia fijó sus ojos en un Cadillac fúnebre que estaba a la venta.

Como si fuera una broma presentó una oferta de 12.000 $ por el auto y se sorprendió al conseguirlo. Y encima, cuando lo recibió el kinder tenía sorpresa: ¡llevaba un ataúd negro en el interior! “¿Qué voy a hacer con esa cosa?" se preguntó Salvatore, mientras pensaba en cómo dar salida al siniestro combo.

La Barbera, un amante de los coches hecho a sí mismo, utilizó sus habilidades de restauración para arrancar la amortiguación y el relleno del ataúd e insertar una estufa de gas propano de marca propia y patentada de hot dogs. Afirma que con su perritera puede insertar y aliñar un perrito en 15 segundos y 200 en 30 minutos; y que siempre salen calentitos.

A continuación se unió a un compañero, Frank Leamy, propietario de cuatro restaurantes italianos Mama Mia, para explotar el concepto a lo largo del área de influencia de Hollywood. Y bautizaron la empresa con un nombre que tendría el visto bueno de Gómez, Morticia, Pugsley y el resto de la Familia Addams: "Dead Dogs Ltd: Bite Me".

Actualmente, y visto el éxito del concepto, los propietarios han desarrollado un plan de crecimiento y se han hecho con 4 coches fúnebres más que ya han adaptado a la causa, algunos de ellos incluso circulan por las calles de noche.

Y ha descubierto que también hacen buena caja poniendo los coches a las puertas de los cementerios, para que los asistentes a los sepelios se coman un buen perrito caliente a la salida y olviden las penas.

La idea parece tan redonda que Dead Dogs quiere convertirse en franquicia, con unos honorarios estimados por cada nuevo clientes de unos 15,000 $, más 10.000 $ al año para la publicidad compartida del material, la base de su éxito.

La Barbera, seguro de su modelo de negocio, ya ha abierto una fábrica local para convertir los ataúdes de metal en sus perriteras y cocinas patentadas. El plan inicial para la empresa es comenzar con Hollywood, seguir en San José y dar el salto a ¡Hawai!

Y es que, según afirma, la mayoría de las personas se quedan ojipláticos cuando llega el coche fúnebre con llamas pintadas en el lateral y saca de dentro un ataúd, que pone al lado de la carretera para despachar perritos. Después de que el personal se hinche a tomar fotos, inmediatamente todos deciden comer uno de sus hot-dogs. ¡Y el sabor parece que también está de muerte!

Vía Mercury News

Fotos: Facebook de Dead Dogs Ltd

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