OPINION

Crea tus propios mandos de consola con carbomorfo y una impresora 3D

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Os hemos hablado en ocasiones anteriores de las “impresoras 3D”, aquellas que permiten fabricar objetos sólidos a partir de un diseño por ordenador. Y aunque el poder imprimir un iPod o una PS3 aún queda lejos, lo cierto es que se trata de un campo en el que se están realizando sorprendentes avances.

El último de ellos nos refiere al propio material para imprimir. En este caso, hablamos de los avances de la universidad británica de Warwick, que parece están trabajando con éxito en un compuesto plástico, de bajo coste, llamado carbomorfo, especialmente indicado para recrear sensores y guías electrónicas. El experimento se ha realizado creando… un mando de consola.

La maleabilidad del compuesto posibilita que los objetos puedan ser conectados a entradas con circuitos y utilizarlos de manera normal. En este caso, el reto era también conseguir que los botones del mando fueran funcionales y adecuados para hacer que los circuitos respondan, una prueba superada con éxito.

El Dr. Leigh, director de la investigación, ha declarado que buscan recrear algo más que la mera carcasa de los aparatos: “nos hemos propuesto encontrar una manera en el que podamos imprimir de verdad un dispositivo electrónico que funcione. A largo plazo, esta tecnología podría revolucionar la manera en la que producimos el mundo que nos rodea, haciendo que productos como la electrónica de consumo estén mucho más individualizados, y en el proceso, reduciremos la basura electrónica”.

Otra ventaja que proporciona este método es que el resultado es un bloque mucho más compacto, en el que las conexiones para varios de los componentes externos no van ensambladas con adhesivos, sino que forman parte de la masa principal del objeto.

De momento, han logrado crear productos con sensores que detectan si están flexionados o rígidos, o si están recibiendo presión. Además de este mando que funciona, también han podido fabricar una taza que, con el circuito apropiado conectado al sensor, nos dice cuándo está llena del todo; o unos “dedos” mecánicos, capaces de enviar señales diferenciando si están doblados o estirados.

En lugar de utilizar los mandos para jugar al 'Call of Duty', los investigadores han optado por donarlos al British Museum para ser mostrados en su “Galería Antena”, dedicada a enseñar avances en la electrónica. Con este gesto esperan dar a conocer un poco más a los curiosos la existencia de las impresoras 3D y lo que se puede lograr hacer con esta tecnología.

De momento, los investigadores de Warwick apenas están comenzando a experimentar con el carbomorfo, pero son muy optimistas con respecto a su futuro. Aún así, no podrá ser utilizado para todo, ya que, por ejemplo, no conduce la electricidad con la misma eficiencia que el cobre, entre otras limitaciones.

Si queréis fabricar esta sustancia en casa, solo tenéis que seguir estos sencillos pasos:

1. Añade 3 gr. de termoplástico polimórfico a una suspensión agitada de carbono negro en 40 ml. de diclorometano.

2. Agitar durante 1 hora.

3. Verter la suspensión resultante en un vaso.

4. Introducirlo en un campana de extracción y evaporar durante 1 hora.

5. Pon la película resultante al baño maría durante 80ºC durante 1 minuto.

6. Retirála y enrróllala entre dos platos de cristal.

7. Continúa calentándolo y dándole vueltas hasta que se cree un filamento de 3mm de  ancho de carbomorfo.

8. Déjalo enfriar durante dos horas.

Después sólo necesitarás tu propia impresora 3D. Claro que de momento, el modelo más sencillo vale más de 25.000 euros. Sin embargo, también "hay impresoras 3D por mucho menos de 25.000 euros, RepRap es un proyecto de impresora 3D open que puedes hacer tu mismo con un presupuesto mucho más modesto" (gracias Juanmi!).

Y si no, siempre nos quedarán los Reyes Magos.

Fuentes:  Science Omega, Xtreme Tech y Wired

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