OPINION

Zoólogos usan un hipódromo de carreras para ejercitar a guepardos en cautividad

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La naturaleza muchas veces nos regala imágenes de guepardos persiguiendo a sus presas hasta alcanzar velocidades de 120km/h. Se trata de animales que están preparados para correr, pero en cautividad pocas veces pueden ejercer su disciplina predilecta por las estrecheces de sus jaulas.

En el Zoológico de Houston (EE.UU.) han estimado que estos animales necesitarían, al menos, 600 metros de pista para poder entrenar sus músculos y articulaciones en condiciones. Entonces, ¿dónde pueden ir Kito y Kiburi, un par de guepardos de 5 años de edad de ese zoológico, a quemar energía?

Pues ni más ni menos que a una pista donde lo hacen otros animales también rápidos como ellos: en un hipódromo de carreras. Resulta que un buen lugar es la pista de césped del Sam Houston Race Parkuno de los hipódromos más grandes de la capital texana.

Al estar la pista vallada, los zoólogos pensaron que sería un buen lugar para imitar los espacios abiertos de la sabana africana. Así que decidieron intentarlo, a pesar de que también sabían que si las cosas salían mal y los animales se escapaban, tendrían que recorrerse media ciudad para recuperar a Kito y Kiburi.

Así que a partir de mediados de agosto, el personal del zoológico llevó al hipódromo estos dos grandes felinos un par de veces por semana, para hacerlos correr con correa y ver cómo reaccionaban. Y descubrieron que los guepardos, criados en cautividad desde pequeños, se comportaban sorprendentemente tranquilos.

Para tentarlos, utilizaron un sistema que ya funciona en los canódromos: un señuelo atado a un cable guía que es accionado por un motor de arranque de un Ford. A principios de noviembre, y tras varias pruebas con correa, una comitiva de 10 personas participaron en el debut de Kito y Kiburi en sus carreras sin correa, junto con un perro pastor de Anatolia, Taji, que ha crecido con ellos.

Estos perros pastores, compañeros de cría de los guepardos, tienen que salir primero para mostrar el ejercicio a realizar y, luego, esperarlos al final para animarlos. Pero mientras que el perro pastor tarda lo suyo en completar la pista, los guepardos lo hacen en cuatro zancadas, persiguiendo un juguete mullido a modo de señuelo.

Su segundo viaje sin correa fue el pasado 11 de diciembre, y también fue todo un éxito. Aunque, de momento, los dos guepardos deberán descansar pues comienza la temporada de caballos en Houston y los corceles volverán a ocupar la pista.

Quien sabe si alguna vez dejaran que ambos animales compartan cajón de salida; entonces sí que íbamos a ver una carrera rápida por la que valdría la pena apostar, pues sabemos a ciencia cierta quién sería el ganador.

http://youtu.be/r0sstxte-QY

Vía Houston Chronicle

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