OPINION

Consiguen la "eterna juventud" en las plantas de tabaco para que crezcan sin límites

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Las plantas de tabaco, al igual que otras especies vegetales (como por ejemplo, la marihuana) florecen cuando apenas tienen unos cuantos meses de edad, y luego, mueren. Sin embargo, recientemente un grupo de investigadores del Instituto Fraunhofer de Biología Molecular y Ecología Aplicada han localizaron un interruptor que puede mantener las plantas jóvenes durante años y prácticamente hacer que crezcan ilimitadamente, lo que utilizado en otras especies constituiría a corto plazo en una fuente ideal de biomasa para nuestro renqueante planeta.

Básicamente, los investigadores han descubierto un interruptor genético que puede impedir que las plantas florezcan, por lo que también se evita su reproducción y su muerte tras la obtención el fruto, suprimiendo el principal factor que detiene el crecimiento.

Lo han logrado con plantas de tabaco, que crecen alrededor de tres a cuatro meses, para luego florecer y morir. Estás plantas sólo crecen a alrededor de 1 a 2 metros de altura, pero "la primera de nuestras plantas de tabaco ahora tiene casi ocho años, y todavía sigue creciendo y creciendo", afirma el profesor Dirk Prüfer, jefe del Departamento de Genómica Funcional y Aplicada.

Y eso a pesar de que regularmente se corta, porque si el invernadero del laboratorio fuera un poco más alto, probablemente las plantas serían aún más grandes (el tallo es ya de diez centímetros de diámetro).

Mientras que en las plantas de tabaco normales las hojas, que crecen desde la parte inferior del tallo, pronto se vuelven amarillas y caen, las hojas de estas plantas de laboratorio se mantienen saludables y verdes. Por ello, los científicos han bautizado sus especies de plantas modificadas como "siempre jóvenes".

Pero, ¿qué es exactamente lo que han hecho los investigadores para dar a sus plantas la eterna juventud y que sean capaces de crecer sin límites? Para lograrlo, modificaron la expresión de un determinado gen - o más bien, la información contenida en él - por lo que la floración de la planta se anula y luego insertaron el gen modificado de nuevo en la planta usando una bacteria, que actúa como una especie de servicio de transporte para el gen modificado.

Lo más importante es que esta técnica es transferible y se puede utilizar en otros tipos de plantas; por el momento, los científicos están trabajando también en plantas de patata por encargo de una empresa química japonesa, que busca aumentar la cantidad de almidón de las patatas.

Sin embargo, sólo es aplicable a especies donde las flores de la planta en cuestión no juegan un papel importante, como también ocurre en la remolacha azucarera, por ejemplo. Pero no tendría ningún sentido utilizar esta técnica en cultivos de colza o, por recuperar el ejemplo del principio, en la marihuana, donde la flor/el fruto es lo que se busca.

"Si queremos garantizar la seguridad del suministro de alimentos y materias primas a base de plantas, el rendimiento por hectárea deberá duplicarse para el año 2050, según fija el Consejo de Bioeconomía alemán. Esta nueva tecnología nos acerca mucho más a esa meta", concluye el profesor Dirk Prüfer (en la foto) en el comunicado de prensa del Instituto Fraunhofer

Fuente y Fotos: Instituto Fraunhofer

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