OPINION

Mejor no tirar muy alto en el campo de fútbol más elevado de Europa

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En Gspon, Suiza, un pueblo en los Alpes, se encuentra el considerado el campo de fútbol más alto de toda Europa; y el único lugar en el continente en el que los recogepelotas deben tener al menos las piernas tan en forma como los jugadores que disputan el balón.

Se trata del estadio Ottmar Hitzfeld (bautizado así en honor al actual seleccionador helvético) y está ubicado en una montaña de 2.000 metros sobre el nivel del mar, por lo que cuando una pelota sobrepasa sobre la red de protección (algo que aseguran pasa de 7 a 10 veces por partido) hay que bajar muy muy abajo para recuperarla.

El campo, rodeado de enormes picos, está cerca de la estación de esquí de Zermatt y fue construido en una de las pocas zonas planas con superficie para albergarlo. Pero como no había espacio suficiente para un campo de dimensiones reglamentarias, el equipo local juega en un campo de tres cuartos del tamaño estándar.

El césped de este estadio es artificial, porque la hierba no crece a tanta altitud. Y la pendiente de la montaña hace las veces de gradas para el público. Además, como el pueblo está demasiado alto para el tráfico rodado, los jugadores llegan a entrenar o a disputar los partidos en teleférico.

Este equipo en concreto es el FC Gsponno más que un equipo del pueblo, pero cada jugador que pisa ese campo se siente en un lugar único, como si jugara en Wembley o en el Santiago Bernabéu.

Y además tienen una ventaja en la altitud. Es muy difícil respirar a 2.000 metros, pero los jugadores están acostumbrados a la altura, algo que para el resto de equipos se convierte en un handicap tratando de adaptarse a esas condiciones.

Sin embargo, más allá de la altitud y del ingente sueldo que se dejan en recogepelotas, el FC Gspon es un equipo que ha sabido adaptarse a las circunstancias de su campo: terminó tercero en su liga el año pasado.

Vía: Who ate all the pies

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