OPINION

Un bar combate el lado antisocial de los smartphones sirviendo en copas que sólo puedes posar sobre tu teléfono

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Resulta irónico pensar que dispositivos como los smartphones, cuya finalidad principal es la comunicación, sean los responsables del creciente comportamiento antisocial que se da entre las personas. Y es que no resulta nada agradable quedar con un amigo para tomar una cerveza y comprobar como está más interesado en su teléfono (mirando redes sociales, twitteando...) que en la persona que tiene enfrente.

Pero eso se puede acabar si prospera la divertida y original propuesta del local brasileño Salve Jorge Bar, que desde la ciudad de Sao Paulo ha introducido en su menaje un nuevo vaso de cerveza con una base irregular que lo hace físicamente imposible de sujetar en una mesa, pues necesita estar apoyado en un smartphone para sostenerse en pie, convirtiendo el terminal en un simple posavasos que anula su uso.

El vaso ha sido bautizado como “offline glass” (el vaso desconectado) y se trata de una conexión de vidrio templado que busca recuperar la forma de mantener las relaciones sociales, construir amistades y, en general, socializar con esas personas que son de carne y hueso y que se muestran físicamente delante de nosotros.

Para ello el bar Salve Jorge ha encargado modificar docenas de vasos de cerveza de culo grueso, para pasarlos por la sierra y quitarles un escalón, de tal manera que su hueco sea sustituido por el canto del infame smartphone. El concepto ha sido creado por la agencia publicitaria Fischer & Friends para el local y, a pesar de sus loables objetivos, parece tener un par de fallos potenciales.

Uno es que los adictos al smartphone simplemente podrían mantener el vaso en una mano mientras hacen malabares con su teléfono con la otra, a pesar de que eso les ejercitará los músculos de sólo un brazo. Y también mucha gente puede mostrarse incómoda colocando una pinta de cerveza sobre su iPhone de 600 leuros, sabiendo que tarde o temprano la condensación del líquido correrá por el exterior de la copa, estropeando con pequeñas “hostias” húmedas todos aquellos terminales que no sean resistentes al agua.

Aunque mirándolo bien, el vaso sin duda dará lugar a un aumento significativo en la cantidad de bebidas derramadas por los clientes que simplemente olvidan que sujetan un vaso en cuña, lo que también redundará en un aumento de las ventas de bebidas por parte del local.

Sin embargo, más allá de los fallos y virtudes del vaso, y como en publicidad lo que importa es el mensaje, éste queda bien claro en el bar Salve Jorge: ¡aquí se viene a beber y hablar, no a wasapear!

http://vimeo.com/64643705

Vía: MSN Now

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