OPINION

Una ingeniosa invención japonesa promete acabar con los agujeros en los calcetines

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Es un fastidio al que nos enfrentamos la mayoría de nosotros en algún momento u otro: te quitas los zapatos y descubres que tienes un agujero en el calcetín del tamaño de una moneda. Pero esta generación espontánea de "tomates" en los calcetines puede ser bastante embarazosa en países como Japón, donde te tienes que descalzar el público varias veces al día.

Y es precisamente en Japón el país donde han encontrado la solución con una ocurrente invención que podrían poner fin al problema para siempre. El producto se llama "N-Platz" y son unos calcetines que no hacen agujeros pues ya llevan los agujeros incorporados deliberadamente.

Y es que si bien en una primera impresión podrían confundirse con un par de calcetines listos para tirar a la basura, lo genial es la teoría científica que respalda su diseño.

Los calcetines son obra de una empresa japonesa llamada Naigai que lleva más de 90 años en el mundo textil y cuyos ingenieros han calculado que mediante la apertura de un agujero en la región de la suela del calcetín se reduce significativamente la tensión de las fibras que van desde el talón a la punta, lo que provoca una disminución del rasgado del material en estas zonas que sufren un mayor esfuerzo.

Como resultado, la energía se dispersa uniformemente en las áreas que rodean este agujero, que precisamente sirve como sumidero de tensiones y elemento de prevención para la formación de roturas. Y eso no es todo, pues el diseño también tiene la ventaja añadida de enfriar el pie gracias a esta rendija de refrigeración que los hace transpirables, disminuyendo así los sudores para todos aquellos a los que les cantan las extremidades de manera irremediable.

La idea del N-Platz en formato calcetín tiene su origen en un producto similar que se comercializó para las mujeres y que hacía más fácil de usar con zapatos de estilo abierto. Estas medias-calcetines de lycra se rompían si cabe aún más que sus homólogos masculinos, así que descubrieron que abriéndoles un agujero en la suela duraban mucho más al disminuir los esfuerzos a los que se someten las fibras por el roce diario.

El N-Platz masculino sin embargo cuenta con una zona del talón mucho más pequeña, dando la apariencia de un calcetín de esos que parece que vas descalzo, lo que también facilita la acción de ponerse y quitarse los zapatos.

Así es esta ingeniosa invención, una bendición para cualquier persona, hombre o mujer, a la que los agujeros en los calcetines les persiguen y que los japoneses empiezan a comprar en masa como un producto realmente prometedor para atajar este problema.

Vía Yahoo.Japan

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