OPINION

Una Coca-Cola y una sonrisa (aunque sea la última)

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Beber muchos refrescos de cola puede matar. La bebida burbujeante azucarada, a la que ya se le ha vinculado con la obesidad, la caries, la diabetes y el ablandamiento de los huesos, no levanta cabeza y ahora los médicos la asocian con otro mal de impactante nombre: hipopotasemia, que no es la conversión del humano en paquidermo acuático sino un descenso brusco de los niveles de potasio.

Este trastorno en el equilibrio electrolítico del cuerpo puede causar un latido irregular del corazón, cansancio, mialgias (dolores muscular), debilidad progresiva con hipoventilación, posible parálisis completa y, al final, la fea muerte.

El estudio se basa en varios casos analizados, el último el de un jovenzuelo británico de 21 años que se pimpló 3 litros de refresco de cola en un sólo día y sufrió un bloqueo cardiaco que casi le cuesta la vida. Tras el susto de verse con el corazón en punto muerto, el joven se recuperó totalmente cuando dejó de tomar su bebida favorita y un simple suplemento de potasio.

El típico suicidio colectivo japonés

Los investigadores creen que el refresco, al tener un alto nivel de azúcar y cafeína, hace que el cuerpo se ponga a excretar mucho potasio, dando lugar a una serie de problemas de salud que pueden desembocar en la muerte.

La Soft Drinks Association del Reino Unido (Asociación de Refresqueros Ingleses, por decirlo de alguna forma) emitió un comunicado para dar su versión: "estos casos son extremos. Los refrescos de cola pueden ser disfrutados como parte de una dieta equilibrada sin ningún problema".

Bueno, habrá que creerles; pero si con tres litros de cola se te puede parar el motor del body, el asunto es de todo menos baladí. Y más si vemos los botellones maratonianos donde a los 3 litros de cola hay que añadir el whisky/ronsito correspondiente...

Pero si ya la cola es mala en cantidades industriales, peor pueden ser las bebidas energéticas que tanto gustan a la chavalería. El contenido en cafeína de las bebidas energéticas varía en un rango que equivale de 10 a 14 latas de Coca-Cola, pero pocas incluyen advertencias sobre los posibles riesgos para la salud de la intoxicación por cafeína.

¿Y que es una intoxicación por cafeína? Pues básicamente la conversión de la persona en un yonki viviente, que lo único que busca es otra lata de Redbulito como sea. Los síntomas, los típicos del drogadicto enmonado: nerviosismo, ansiedad, inquietud, insomnio, malestar gastrointestinal, temblores, palpitaciones, inquietud, falta de ritmo en el baile...

En raros casos, la intoxicación de cafeína puede causar la muerte directamente. Pero sí que ayuda a encontrarla...

En 2007, una familia de Washington hizo una reclamación a los fabricantes de bebidas energéticas por creerlos responsables de la muerte de su hijo. Rey López Saldivar fue encontrado en la bañera de su casa muerto, en lo que todo apuntaba a un suicidio.

El hombre de 29 años había estado tiempo hinchándose a bebidas energéticas para poder resistir en su trabajo de lava-platos por horas. Días antes, sufrió un accidente en la autopista que le llevó al hospital, donde fue visto hablando con un espejo mientras tenía alucinaciones con el mismísimo diablo.

Más impactante es el caso de un chico británico de 11 años que el pasado 8 de mayo fue encontrado ahorcado, después de que las bebidas energéticas que consumía a diario cambiaran su comportamiento. De magnífico estudiante pasó a ser un caos en la escuela en cuestión de meses. Fue encontrado en su habitación junto a una botella de litro de una marca muy conocida de este tipo de bebidas.

Vía Daily Mirror, y Los Angeles Times

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