OPINION

Muere devorado por una marabunta de hormigas

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A falta de foto real valga la recreación onírica de los tres protagonistas del suceso.

Cuando ruge la marabunta es mejor estar sereno. Santiago Ortiz, un campesino boliviano, no lo estaba, así que escogió el peor lugar posible para echar una siesta: la sobra de un árbol de Palo Santo, que sirve de nido a una especie virulenta de hormigas en la selva boliviana. Millones de los insectos lo picaron hasta provocarle la muerte, según informó la policía.

El suceso ocurrió el sábado en la comunidad rural Loma Rica distante a 70 kilómetros al sur de Trinidad, capital del departamento amazónico de Beni al noreste de Bolivia.

"Cuando llegamos al lugar el sábado en la tarde con el forense el hombre ya estaba muerto pero aún tenía en el cuerpo millones de hormigas que le seguían picando", relató el agente que encontró al desdichado hombre.

La víctima era un agricultor en su comunidad, cuyo cuerpo estaba recostado bajo el árbol que los lugareños también llaman Palo Diablo. El Palo Santo es típico de las regiones tropicales, crece de seis a 20 metros, segrega una resina y despide un olor característico.

Noticia original. Visto en Enchílame.

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