OPINION

Científicos descubren que las colas de las lagartijas tienen una "mente" propia

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Quién más quién menos habrá seccionado alguna vez la cola de una lagartija, observando el divertido movimiento del órgano cercenado. Los lagartos son conocidos por su increíble capacidad para arrojar sus colas como señuelo para los depredadores, pero poco o nada se sabe sobre el movimiento de ésta una vez que se separa del cuerpo del reptil.

Anthony Russell, de la Universidad de Calgary, y Tim Higham, de la Universidad de Clemson, en Carolina del Sur, están más cerca de resolver este misterio, pues según sus estudios las colas no sólo pueden ejecutar actividad rítmica sino también movimientos complejos perfectamente controlados, incluidos saltos, embestidas y cabriolas.

"Lo que hemos descubierto es que la cola no se limita a oscilar de una forma repetitiva, sino que tiene un repertorio complejo de movimientos variados y de gran complejidad, incluyendo saltos acrobáticos de hasta tres centímetros de altura", explica el profesor Russell.

¿Cuál es el origen del estímulo que inicia esta serie de movimientos complejos?

En la foto, una lagartija explicando a otra que su cola ya tiene el carnet de baile lleno

"La explicación más plausible es que la cola se basa en la información sensorial del medio ambiente. Sensores en su superficie puede decirle cómo saltar, girar o viajar en una dirección determinada".

La capacidad de un animal, o parte de un animal, de moverse sin el control activo de los centros superiores del cerebro es bien sabido, pero esto generalmente se produce como resultado de lesiones físicas traumáticas.

Sin embargo, las colas de las lagartijas se caen bajo el control del propio animal y los movimientos son coordinados por la parte de la médula espinal que se queda en la cola. El estudio demuestra que las señales responsables de los movimientos empiezan muy lejos de la punta de la cola, lo que indica que hay un centro de control situado allí que es, probablemente, el que reemplaza al cerebro cuando la cola es cortada, momento en el que toma el mando de los movimientos de ésta.

"La cola de lagartija automatizada puede ser un excelente modelo para la comprensión de la actividad espontánea que se observan, a veces, tras lesiones totales o parciales de la médula espinal humana, lo que supondría un increíble avance en el tratamiento de parálisis musculares", afirman los investigadores.

Vía ScienceDaily

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