OPINION

La cárcel de la que ningún preso quiere escapar

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Situada en la bucólica isla de Bastoy, en la bahía de Oslo, a 70 kilómetros al sur de la capital noruega, se encuentra la autodenominada "primera cárcel ecológica del mundo". 115 presos, incluyendo asesinos y violadores, habitan en unas cómodas cabañas de madera, trabajan de 8 a 2 en la granja y pasan el tiempo libre jugando al tenis, montando a caballo, esquiando o, en verano, bañándose en la playa. En invierno la prisión organiza un campeonato de saltos de esquí entre los reclusos.

Los reclusos pueden trasegar libremente por los 2,5 kilómetros cuadrados de bosques y campos, entre otras cosas porque las 22 casas de madera en las que habitan -cada una ocupada por 4 o 6 presos- no tienen cerradura. Los huéspedes, queremos decir reclusos, tienen que estar en sus casas a las 11 de la noche y son contados dos veces al día.

Los internos trabajan con el ganado, en el campo o en la herrería, usando hachas, cuchillos y sierras. Algunos de ellos saldrán con una cualificación profesional. También reciben programas para rehabilitación de drogas, de abusos sexuales y de consejos para ser padres.

La cárcel funciona desde 1997 pero fue en 2007 cuando se convirtió en una "cárcel ecológica", según insiste la propia página web de la prisión. Aquel año, se adquirieron sendos paneles solares, se puso en marcha un programa de reciclaje de papel, metal, plástico y vidrio y se montó un huerto ecológico, convirtiendo la cárcel en autosuficiente (y sana): los propios presos pescan el pescado y el marisco que comen. El medio de transporte oficial de la isla es el caballo.

"La cárcel de Bastoy está basada en la idea de que las cárceles represivas no funcionan", cuenta Gladis Fouche en un reportaje para GlobalPost. "Las grandes cárceles cerradas son academias de criminales. Si tratas a la gente mal, se comportan mal. Cualquiera puede ser un buen ciudadano si le tratas bien, le respetas y le das oportunidades", sostiene el alcaide de la inusual prisión, Oeyvind Alnaes.

Artículo e imagen del Global Post.

Página web del penal de Bastoy.

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