OPINION

Seis lecciones aprendidas de la Peste Negra que podemos aplicar con la Gripe A

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1.Será un bicho el que nos la juegue

La gripe A fue inicialmente una mutación de una enfermedad transmitida de los cerdos a las personas, de ahí que tuviera el bonito nombre de "gripe porcina", más tarde censurado por las autoridades sanitarias. La Peste Negra no tuvo su origen en las ratas, como suele creerse, sino en las marmotas que habitaban en el remoto lago de Issyk Kul, en Asia Central, que se llevaron puestas las pulgas que transmiten el bacilo de la plata. Luego entraron en contacto con las ratas y, ahora sí, éstas se encargaron de distribuir la plaga por Asia y Europa.

2. Ojo con la disipación de las costumbres

Según relató Boccaccio, durante la peste de 1321 en Florencia, muchas gentes "habían abandonado sus cosas tanto como a sí mismos...por lo cual le era lícito a todo el mundo hacer lo que le pluguiese". El alarmismo desatado a raíz de la mal llamada pandemia de gripe (5.000 muertos en todo el mundo a día de hoy) puede provocar que nos deslicemos hacia un hedonismo apocalíptico y acabemos haciendo lo que nos pluguiese.

3. Sin compasión con los enfermos

Milán ordenó encerrar y emparedar a todos los ocupantes de una casa infectada, estuvieran enfermos o no, y dejarlos morir dentro. Gracias a ello, Milán tuvo una de las tasas de mortalidad más bajas de Italia, mientras en Florencia moría más de la mitad de la población. ¿Mascarillas y sustituir besos por apretón de manos? ¡Cuarentena en un búnker!

4. Los pobres heredarán mi Reino

La peste del siglo XIV se llevó por delante al 30% de la población europea, unos 75 millones de personas. Finalizada la epidemia era tal la escasez de mano de obra que los peones agrícolas supervivientes exigieron por su trabajo unos emolumentos muy superiores a los de antes de la peste. Los reyes de Francia e Inglaterra decretaron la congelación de los salarios y entonces los pobres desvalijaron las casas, molinos y prensas de molino abandonados.

5. No confíes en Dios...

En su intento de aplacar la ira de Dios, al papa Clemente VI no se le ocurrió otra cosa que organizar procesiones, pero la cosa se salió de madre: la Hermandad de los Flagelantes recorría en grupos de miles de personas que no se bañaban ni cambiaban de ropa. Sus harapos se consideraban reliquias sagradas por parte de los asustados feligreses, propagando aún más la enfermedad. En 1349 el Papa prohibió la hermandad.

Siete siglos después, el Vaticano ha desautorizado a una prominente abanderada del movimiento anti-vacuna, la monja Teresa Forcades, por colgar un vídeo en el que se recomienda no vacunarse.

6...Mejor hazlo en la ciencia

El rey de Francia, Felipe VI, acudió a la facultad de Medicina de la Universidad de París para inquirir sobre la terrible enfermedad que arrasaba su reino. La respuesta de los académicos es que la peste "se debía a una triple conjunción de los planetas Saturno, Júpiter y Marte en el cuadrante de la constelación de Acuario". Algunos galenos pensaban que los malos olores tenían poderes antiinflamatorios, así que la gente se inclinaba sobre las letrinas e inhalaba profundamente. ¿Qué dicen los médicos hoy? Vacúnese, y evite besos y multitudes.

Los datos sobre la Peste Negra están extraídos del libro "Historia mundial de los desastres", de John Withington.

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