Hubo un tiempo en el que el otro extremo del Rey en la escala social lo ocupaba el mendigo. Hoy -según la ingeniosa promoción de 100 Montaditos, pujante cadena de fast-food de microbocatas- lo ocupa el becario, el pim-pam-pún del siglo XXI dentro de su empresa y fuera más.
La empresa podía haber elegido una eslogan que aún se dice por lo bajini: "Come como Dios y paga como un gitano" pero, claro, se le hubieran tirado a la yugular y con toda la razón. Así que nada: leña al becario, que es de goma. Por cierto, ¿los becarios pagan menos en los bares?
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