OPINION

El divorcio en Dubai es una cosa muy guay...para los hombres

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Las rupturas conyugales en los emiratos árabes funcionan de una forma, digamos, peculiar. Si uno puede divorciarse porque su mujer se parece a Fernando Trueba sin afeitar, ¿qué no podrán alegar los hombres para romper los lazos con sus sufridas esposas?

Se trata de una consecuencia más de la falta de derechos civiles que sufren las mujeres en el Golfo Pérsico, donde son consideradas poco menos que ciudadanas de segunda clase frente a las leyes islámicas. Otros ejemplos que han ocurrido en Dubai recientemente: una mujer obtuvo el divorcio por respuesta porque telefoneó a su marido mientras veía el fútbol, otra porque tardó mucho en llevarle un vaso de agua a la cama y una tercera se divorció debido a que ponía demasiada sal en la comida.

Estos son sólo algunos de los casos que Abdul Aziz Al-Hammadi califica de "ridículos y pueriles", tras años trabajando como asesor matrimonial en los tribunales de Dubai, en la sección "Orientación Familiar y Reconciliación". Según el asesor, los tribunales de la Sharia son testigos a diario de casos de divorcio donde los maridos exponen razones que rozan lo estrambótico, por no decir el esperpento.

"Algunos maridos están abusando de su derecho religioso al divorcio para aterrorizar a sus esposas con la amenaza de una ruptura por las razones más insólitas. Esto es inaceptable en el Islam y la Sharia: el divorcio no es un juego para tontear y destruir una familia"

Al Hammadi (en la foto) hizo esta declaración en la presentación de su libro "El divorcio, entre la compasión y el mal uso", donde advierte enfáticamente a los esposos y las esposas en contra de la explotación del derecho al divorcio, que describió como "una práctica destructiva para las familias y los niños, que repercute negativamente en la sociedad".

Unas equilibradas palabras que el asesor matrimonial torna ipso-facto en baldías al exponer su teoría: "Pedimos un método gradual de reconciliación edificante, con avisos cada vez que el marido sienta rechazo por su mujer; se la puede aconsejar y, entonces, mandarla a dormir a otra habitación. Y si eso no funciona, entonces puede azotarla suavemente de una manera que le haga entender la situación".

Creemos que ya nos queda clara la doctrina de Al "mano de piedra" Hammadi: el marido debe considerar la reconciliación y una solución antes de dirigirse a un tribunal de la Sharia para pedir el divorcio. Si todo falla, siempre podrá pedirlo acudiendo con su esposa tapada hasta los ojos, para que nadie vea que la ha molido a palos hasta hacerla comprender el mensaje.

Vía GulfNews

Foto Flickr

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