OPINION

Atunes rojos como sustitutos de las tartas nupciales japonesas

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En los últimos 20 años el atún rojo, el ingrediente más utilizado del sushi, ha perdido el 80% de su población adulta en las redes de pesca. Esto significa que la capacidad de reproducción de la especie se ha mermado hasta el 20%, unos guarismos que le condenan, irremediablemente, a la extinción.

Los que no han perdido la capacidad de reproducción en absoluto son los japoneses, sus principales consumidores. Esta pareja nipona acaba de contraer nupcias y, antes de reproducirse en la habitación, ha decidido cambiar la tarta de bodas por un atún rojo fresquísimo, que deberán cortar para solaz de los invitados; y para recochineo de la fauna marina.

Poner un pez de 200 kg. al calor de una marabunta emponzoñada de sake no parece lo más adecuado para la tradicional asepsia japonesa (ese salón debe oler a choto semanas después), pero allá cada uno con sus celebraciones y sus gustos. En otros países más carnívoros, se hace con vacas enteras.

Pero no por ser las bacanales nupciales un concepto globalizado se debe agudizar la exposición pública de la tragedia del atún; y menos por simple regocijo folklórico de sus depredadores.

Para estos casos recomendamos las socorridas tartas nupciales de palo, donde en vez de un atún de verdad se puede cortar uno de atrezzo, para luego agasajar a los invitados con unas latas de atún claro Rianxeira, que se podrán llevar a casa a modo de recuerdo.

Mucho más práctico y mucho más limpio, de eso estamos seguros.

La variante rusa, donde también sirven un pez-gordo rojo.

Vía Japan Sugoi

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