OPINION

El flash de pepinillo de Bob pone cara de vinagre a los niños

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No hay nada que un pepinillo no pueda lograr con su cuerpo de granitos. ¿Puede un pepinillo tener más fans que "El Canto del Loco"? Puede. ¿Atesora un pepinillo más expresividad que Dani Martín de actor? Dicen por ahí que también...

Pero...¿puede un pepinillo cambiar el hábito veraniego de los niños y convertirse en un sabor que supere al de lima-limón en sus flashes? Pues ahí tengo mis dudas. Dudas apoyadas por la cara de asquito disimulado que ponen los infantes en cuanto absorben su primera carrillera de flash de pepinillo, o Pickle Pops.

Los Pickle Pops son lo más parecido a meterse una berenjena de Almagro en la boca mientras se sube el Annapurna, ya que no contienen el fruto verde propiamente dicho; sólo su pulpa helada. Para hacerlos se meten cubos de pepinillos en vinagre en una prensa y los exprimen hasta que el fruto cambia su fisionomía hacia una suerte de pimiento verde pisoteado.

Aparte de esta salmuera, la piel y las tripas del pepinillo se licuan, convertido la mezcla de un sabroso convite para los sentidos. El helado resultante es lo que busca toda madre en su sano juicio (y de lo que huirá todo hijo con sus sanas piernas): 5 míseras calorías por flash, con un sabor procedente del fondo del mar de los encurtidos.

Aunque la idea pueda parecer de los Monthy Piton, lo cierto es que los flashes de pepinillo llevan año comercializándose en el sur norteamericano.

Desde el nacimiento del concepto, en una pista de patinaje en Seguin, Texas (me imagino la escena: John Howard, su inventor, con la boca llena de pepinillos mordiendo el hielo en una caída y diciendo ¡Eureka!) los Bob’s Pickle Pops han crecido en popularidad a nivel nacional y han "ofrecido beneficios inesperados de salud para niños, adultos y ancianos por igual".

Se trata de los únicos congelados de pulpa de pepinillo, no de sólo la salmuera sobrante de decapado, sino de pepinillos recién exprimido, como dice Don Simón.

Sorprendido por las ventas, John Howard decidió que el flash de pepinillo es un mercado que merece la pena investigar. La compañía se ha lanzado a sacar otro sabor, esta vez picante, que está demostrando ser muy popular. Incluso ha dado un salto de target hacia las mujeres embarazadas y los diabéticos.

Las mujeres embarazadas por aquello de los antojos de pepinillo (¡bien visto John!), y los diabéticos, porque los Pickle Pops rozan el cero en azúcares y grasas. Además, un estudio reciente reveló que las salmueras de los encurtidos bajan el pico de azúcar en sangre hasta en un 30% después de una comida rica en carbohidratos. Los estudios afirman que este vinagre proporciona un beneficio equilibrado para luchar contra los picos de insulina nocivos.

Así que ya saben: si usted está embarazada/o, tiene más problemas con la insulina que Belén Esteban de finde en Ibiza o, simplemente, quiere ver a su hijo poner cara de vinagreta, ya tarda en encargar su pack de Bob’s Pickle Pops a la web del fabricante: Los envases de 20, 40, 60,80 y 120 Pops van de los $ 19.95 a $ 60.00.

Fuente y pedidos: Bob’s Pickle Pops

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