OPINION

El hombre que tocaba las pelotas a los leones susurrando

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"El truco radica en no armar mucho escándalo"

No intenten hacer esto en casa. Ni siquiera en un circo; y menos en una reserva natural abierta. En condiciones normales, alguien que se acerca por detrás para tocar con sus manos desnudas los cataplines del rey de la selva duraría medio segundo con la cabeza sobre los hombros.

Pero el guarda forestal Alex Larenty se atreve y parece que a este gran felino le gusta el masaje cataplinero que le regala, según muestra la foto tomada hace un año en el "Lion Park", cerca de Johannesburgo, Sudáfrica, pocas semanas antes de que un hombre irrumpiera en la reserva y fuera mutilado y devorado por estos mismos leones.

El secreto es, además de la máxima suavidad en el agarre, el círculo de confianza establecido con los animales por este guarda de 50 años, que no duda en sostener el peligroso paquete en la palma de su mano mientras el gran gato mira hacia otro lado con indiferencia felina.

El masaje escrotal en leones no está tipificado en los vademécums de veterinaria, así que la peligrosa técnica no responde a otra cosa que a una gracia de Alex con su compañero de reserva, al que quiso mostrar en un momento dado que la seguridad que tenía con los leones era ciertamente abundante.

"Simplemente estaba mostrando a mi compañero que el león confía en mí por completo; aunque no creo que yo confiara en él para poner mi hombría en sus garras..."

Para llegar a estos niveles de intimidad con el león, Alex da regularmente masajes en los pies a Jamu, el macho objeto de los toqueteos. Y claro, quién comienza por los pies suele acabar con las manos en partes más privadas.

Pero esta bonita relación no se logra de la noche a la mañana; de hecho se ha acumulado en los últimos seis años, que es los que lleva manteniendo estos encuentros con Jamu, un león que no sólo no deja que nadie le toque de la manera en que Alex lo hace; ni siquiera deja que otro humano se acerque a él.

"Tenemos 75 leones aquí en el parque y conozco a todos por su nombre. Sin embargo Jamu es mi estrella por derecho propio", afirma el cuidador, mientras pasa la mano por su nariz y aspira con deleite el aroma de la amistad profunda.

[Vía]

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