OPINION

Encuentran un obús en el garaje y lo guardan 10 días para no causar alboroto en una escuela cercana

OBUS1
OBUS1

Thomas Isaac, de 10 años, posa con el proyectil

Hace dos días, la explosión de una bomba de la II Guerra Mundial mató a los tres artificieros que trataban de desactivarla en una ciudad del centro de Alemania. Otros seis expertos en desactivación de explosivos resultaron heridos. Estas son las imprevisibles consecuencias de tratar, incluso por parte de los más válidos profesionales, con un objeto mortal latente e inestable por el paso del tiempo.

Hace 2 semanas, una familia de Inglaterra también encontró una bomba sin explotar, en este caso de la Primera Guerra Mundial, mientras limpiaban el garaje tras mudarse a la casa; la familia guardó silencio al respecto durante diez días porque no quería causar un alboroto...en la escuela primera que había cerca.

Sophie Isaac afirma que ella y su familia esperaron hasta "medio plazo" antes de alertar a la policía para evitar que los alumnos del St Bernard's Catholic Primary School tuvieran que ser evacuados.

Tan convencidos estaban de que la bomba no estallaría que su marido, Nick, incluso llegó a frotar el artefacto con un cepillo de alambre "para limpiarlo". Por supuesto, también aprovechó para tomar fotos de recuerdo, con el obús y su hijo de 10 años hijo de diez años, Thomas.

Cuando finalmente se decidieron a avisar a las autoridades, los expertos en explosivos no sólo evacuaron el colegio; también diez hogares más. También cortaron la calle principal de Moseley, en Birmingham, y establecieron un cordón de 400 metros alrededor de su garaje que ningún humano sin un traje de colchonetas pudo traspasar durante 3 horas.

"Se encontraba cubierta de harapos y parecía que hubiera estado allí durante años, así que si iba a dispararse, lo habría hecho hace mucho tiempo. Obviamente sabíamos que teníamos que avisar a la policía. Sin embargo, nos preocupaba que los niños de la escuela tuvieran que ser evacuados. Así que esperamos un tiempo"

Al ver la peligrosidad del asunto, los artificieros de la policía tuvieron que llamar al Ministerio de Defensa, presentándose de inmediato en casa de los Isaac el mayor Simon Worthy, acompañado de una unidad de la base de Ashchurch, en Gloucester, con un carro de combate incluido.

Los militares agarraron la bomba y se la llevaron para su desactivación.

Posteriormente, les comunicaron que el proyectil era de la Primera Guerra mundial, de alrededor de 1915, y que todavía estaba activo. El origen de la bomba sigue siendo un misterio pero la casa pertenecía a un tal doctor Gordon, un oftalmólogo en el Hospital Selly Oak que murió hace poco más de un año y que tampoco es que tuviera mucho ojo con estas cosas, pues llevaba guardando el artefacto en el garaje casi 95 años...

[Vía Birmingham Mail]

Mostrar comentarios