OPINION

Los quinquis de los 80 y la necia droga

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Fíjense bien en el cartel vacilón que encabeza esta noticia: “Chocolate. 500.000 españoles son adictos a las drogas”. Qué cándidos tiempos, aquellos 80, en los que medio millón de españoles consumían hachís y sus derivados. Puede que hoy ese medio millón de consumidores de grifa pueda encontrarse en el primer ciclo de la ESO. Y nadie se marca una película sobre el asunto.

La idea que a uno se le queda después de ver la exposición “Quinquis de los 80” es que existía una desproporción pavorosa entre el consumo droga y su reflejo en el cine, en El Caso y en el Interviú: rara era la semana que alguna revista de la época no abría su portada con “el problema de la droga”, las trastadas de las bandas de delincuentes juveniles (bajo los efectos de la necia droga*) o se estrenaba alguna película de nombres tan fetén como “Los violadores del amanecer”, “Miedo a salir de noche”, “El pico” o “Juventud drogada”.

Los quinquis de los 80 son hijos del “libertinaje” que trajo la democracia, del chabolismo vertical en las periferias urbanas promovido por el franquismo en los 60 y de la amplia oferta de psicotrópicos disponibles en los poblados chabolistas durante la transición. De San Blas (Madrid), La Mina (Barcelona) y Otxarkoaga (Bilbao) salieron piezas tan legendarios como El Vaquilla, El Jaro, El Pirri o El Torete, adolescentes duchos en el manejo de la cheira y efímeras estrellas de cine en un género que reventó taquillas durante casi una década.

Según cuentan las comisarias de la exposición, Amanda Cuesta y Mery Cuesta (no, no son familia), a El País, entre 1977 y 1985 se rodaron 30 películas. Abrió la veda José Antonio de la Loma, con su clásico “Perros callejeros”, el biopic sobre El Vaquilla que no pudo protagonizar el ínclito atracador y asesino barcelonés, y al que finalmente encarnó El Torete. Por su parte, Eloy de la Iglesia hizo lo propio con El Jaro, retratado en el filme “Navajeros”, protagonizado por José Luis Manzano, un chaval de pelo ensortijado que acabó poniendo rostro en el cine al colgao de la época.

Quinquis de los 80”, hasta el 29 de agosto en La Casa Encendida, en Madrid. Con ciclo de pelis quinquis todos los miércoles.

* La expresión “necia droga” hay que agradecérsela a los Superiores Desconocidos de Mondobrutto, la Biblia de la cosa estrambótica.

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