OPINION

Un adolescente borracho manda un mail ofensivo a Obama y le prohiben pisar EE.UU. de por vida

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Luke contra el señor oscuro

Una nueva amenaza terrorista se cierne sobre sobre América justo en el aniversario de su mayor tragedia: la idea de un ejercito de adolescentes emponzoñados de alcohol inundando de insultos la Casa Blanca ha obligado al FBI a tomar medidas preventivas severas, después que el británico Luke Angel, de 17 años, insultara al presidente por correo electrónico, tras ver un programa sobre los ataques del 11-S.

El joven había terminado de ver el documental, y, después de varias cervezas, sintió la necesidad de decirle a Obama que era un "p*** k". El correo fue interceptado por el FBI que, tras analizar su peligrosidad, procedió a comunicarse con la Policía Metropolitana de Londres, que enviaron a unos agentes de visita a la casa del muchacho, en Bedford.

La policía tomó una fotografía del adolescente (sin duda para almacenarla en una base de datos de terroristas peligrosos) pero no ejerció ninguna acción penal. Eso sí, le dijeron que se olvidara de estudiar en Stanford alguna vez, ya que no podría poner pie en suelo americano en lo que le queda de vida.

El estudiante universitario se encuentra ahora en la lista de personas que tienen prohibida la visita a los Estados Unidos.

Cuando se le preguntó acerca de la prohibición, Luke dijo: "Realmente no me importa, aunque mis padres no están muy contentos al respecto. Cuando la policía apareció de repente en mi cuarto, me dijeron que estaba expulsado de Estados Unidos para siempre”.

Un portavoz de la policía de Bedfordshire afirma que el individuo envió un correo electrónico al máximo representante de EE.UU con lenguaje abusivo y amenazante. "Nos informó la Policía Metropolitana y fuimos a verlo. Cuando le preguntamos, no pudo más que decir: "¡Dios mío, fui yo...!.

"No recuerdo exactamente lo que escribí cuando estaba borracho. Pero creo que he llamado a Barack Obama P *** k. Era una tontería, el tipo de cosa que haces cuando eres un adolescente y estás bebido”, se disculpó el joven con la policía, ante la atenta mirada de sus progenitores. Rellenando los puntos nos sale que lo que Luke escribió, en su camino por el lado oscuro, es “Prick”, un insulto anglosajón similar a asshole o arsehole; el “gilipollas” de toda la vida, vamos.

Esa palabra fue su condena. Aunque también imaginamos que para que el FBI tomara medidas, “Prick” debió ser lo más dulce que le soltó. Sin embargo, la cuestión fonética del asunto no quita lo valiente de la seguridad nacional. El presidente debe recibir decenas de amenazas de muerte todos los días, ¿por qué el FBI se toma la molestia de ordenar el seguimiento de un correo electrónico soez de un adolescente ebrio en Inglaterra? ¿No tienen los servicios de seguridad los sistemas de análisis necesarios para determinar si quién escribe está llevado por la cogorza en vez de por la ira?

La Aduana de EE.UU. y la Agencia de Protección Fronteriza, que forma parte del Departamento de Seguridad Nacional, "no quisieron hablar sobre casos concretos". Una portavoz, sin embargo, afirmó que "hay una variedad de razones por las cuales a una persona puede prohibírsele la entrada a Estados Unidos". De hecho, según la Oficina de Inmigración, hay más de 60 razones, entre ellas problemas de salud, violaciónes de inmigración así como problemas de seguridad.

Este estrambótico caso se produce un año después del de Gary McKinnon (en la foto), un “pirata informático” que se enfrenta a décadas en una cárcel de máxima seguridad de EE.UU. por delitos presuntamente cometidos desde su casa en Londres. La extradición de este ciudadano de 43 años ha levantado una ola de protestas en su país, después que se metiera en los servidores de la NASA y el Pentágono mientras buscaba señales de extraterrestes con su ordenador.

Las leyes británicas permiten a los Estados Unidos, al igual que la Orden de Detección Europea para países de la Unión, ordenar la detención de ciudadanos británicos y enviarlos a juicio en el exterior, sin presentar el nivel de evidencia que sería necesario para su procesamiento en el Reino Unido.

La ministra del Interior, Theresa May, anunció a principios de este mes una revisión de la ley de extradición que regula los acuerdos entre los EE.UU. y el Reino Unido, tras las dudas sobre si se están utilizando la directiva para perseguir injustamente a los británicos sin darles la misma protección jurídica que tienen los estadounidenses.

Vía NYDaily News

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