OPINION

Una nueva "escalera hacia el cielo" acaba con la pesadilla de asistir a clase de unos alumnos chinos

escalera1
escalera1

Según la milenaria tradición china, en un tiempo muy lejano, el cielo y la tierra no distaban tan lejos el uno del otro y estaban conectados por escaleras. Los inmortales y las deidades podían subir y bajar libremente; e incluso la gente común, con ayuda de poderes mágicos, podían subir las escaleras para quejarse ante el Señor de los Cielos.

Los alumnos de la escuela elemental de Erping, construida en una plataforma rocosa a 2.800 metros sobre el nivel del mar, por fin han visto escuchadas sus súplicas a las altas instancias y podrán acceder al aula donde estudian por una escalera nueva que les acaban de colocar.

La nueva escalera, de acero y con barandillas, salva un peligroso acantilado y reemplaza a la desvencijada escalera de madera de fabricación casera que los niños habían tenido que usar hasta ahora en esta zona de Gangluo, en la provincia de Sichuan.

La escuela es dirigida por una pareja de maestros, Li Guilin y su esposa, desde hace veinte años. Se eligió esa ubicación para que los niños que viven en las remotas aldeas montañosas también pudieran tener la oportunidad de recibir una educación adecuada.

La aldea de Erping, donde se encuentra la escuela

Rápidamente se ganó el apodo de "la escuela de la escalera hacia el cielo”, porque parte del trayecto al centro estaba formado por varios tramos de precarias escaleras de madera (5 en concreto) que salvan un desnivel de 600 metros sobre el río Dadu. Los dos maestros tenían que acompañar a los estudiantes y ayudarles a subir y bajar las escaleras, porque era muy peligrosas y agotadoras. Durante estos 20 años, 224 estudiantes se han graduado en la escuela de Erping.

Las escaleras, que transcurrían prácticamente en vertical con la pared del acantilado, suponían que cualquier paso en falso de los estudiantes les podía llevar a caer al abismo. Y aunque los lugareños afirmaban que "sólo los monos podrían subir por ahí", en las dos décadas de funcionamiento no ha habido ningún accidente. Sin embargo, cada semana una docena de cabezas de ganado mueren al precipitarse por el barranco.

Los funcionarios del gobierno local han accedido a pagar los 12.000 € que ha costado la sustitución de las viejas escaleras por las de metal y barandilla, después que el periódico Chengdu Business Daily hiciera en 2008 un reportaje sobre el peligroso viaje que debían realizar los niños, lo que disparó el caso a nivel nacional.

También las autoridades van a invertir otros 180.000 € en la construcción de nuevas aulas de hormigón y para llevar la electricidad a la escuela y así poner fin a la vieja práctica de enseñar a los alumnos con la luz de las velas hechas de barro o con la quema de ramas de pino, lo que en nada ayudaba a la visión a la hora de enfrentarse a los peldaños de vuelta a casa.

Construida por primera vez en 1977, la escuela tuvo que dejar de funcionar en 1980 debido a que no había maestros dispuestos a enseñar allí. Ese año Li Guilin y su esposa aceptaron llevarla como profesores sustitutos y se trasladaron a la aldea con su bebé recién nacido. Hasta 1983, año en que se instalaron las escaleras de madera, la población local tenía que bajar el acantilado aferrándose a las hiedras.

Gracias a los esfuerzos de la pareja durante estos 20 años, el centro ha sido elogiado como la mejor escuela de la zona y sus alumnos han obtenido resultados sobresalientes.

Después de salvar tantos imposibles y viendo lo que ha logrado con la ayuda de su mujer, Li Guilin no cabe de gozo con su nueva y reluciente escalera: "La escuela definitivamente tendrá un futuro mejor. Mi esposa y yo nos quedaremos aquí, desde luego; hasta que estemos demasiado viejos y no podamos subir los escalones".

Los maestros Li Guilin y Lu Jianfen, recogiendo el premio "People Who Moved China", que les fue otorgado en 2008, cuando se conoció su historia.

Fuente: La historia de unos maestros y una escalera hacia el cielo

Mostrar comentarios