Hoy es uno de esos días en los que el presidente estadounidense hubiera preferido no levantarse de la cama. A la paliza en la elecciones de ayer, muy desmoralizante según sus allegados políticos, hay que añadir otra golpiza, si cabe más dolorosa por pinchar en carne y porque se la dan los ingratos chinos a ritmo de pelvis. Y todo por un muñeco hinchable con la cara de Obama y su traje de trabajo, que se ha exhibido en el octavo Festival de la Cultura del Sexo de la ciudad sureña de Guangzhou.
Desconozco si el público objetivo de este adminículo es liberal o demócrata (me da que tienden más al socialismo), pero lo cierto es que trajinarse a un Obama hinchable es la última moda de los chinos. De hecho este muñeco, que no llega con las defensas del presidente lo suficientemente altas, completa la cuadratura del círculo de la fiebre “Obamasex”, que consiste en dar rienda suelta a los instintos ocultos compartiendo cama con el presi americano.
Son conocidos el “dildobama” y, también, el “condobama”; hasta habíamos visto versiones mucho más indecentes del “dollobama”, sin apenas parecido. Pero esta versión china del muñeco hinchable es más realista, ya que para lograr el efecto han impreso una serigrafía perfecta de la cara del mandatario. Tanto, que me recuerda mucho al piloto automático de “Aterriza como puedas” en versión tostada (“¿te gustan las películas de gladiadores?” ).
Sea cómo fuere, la precisión de su rostro no hace más que confirmar la impresionante popularidad que despierta el presidente estadounidense en el lejano oriente, donde la "Maobama" t-shirt, una camiseta que lleva una imagen de su cara fusionada con un retrato del Presidente Mao, se ha convertido en el best-seller de ventas en los mercadillos. Sólo era cuestión de tiempo que los chinos decidieran quitarse la camiseta para meterse con Obama en la cama directamente en porretas.
Aunque estoy bastante seguro de que Obama no tiene relaciones sexuales con traje y corbata, que ese era Bill Clinton...
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