La imagen de arriba ilustra la publicidad que aparecía ayer en varios periódicos madrileños anunciando una feria gastronómica gallega en la capi. ¿Cómo unir en una sola imagen la riqueza gastronómica de la región con su indudable belleza? Turismo de Galicia ha tirado por la calle de en medio: Saquemos a una mujer zampándose una rebanada de ría gallega. Hasta ahí bien: el creativo cumple el encargo con nota, el conselleiro queda satisfecho y los capitalinos acudirán en tropel a la feria.
¿Bien? No: fatal. Veamos unos cuantos motivos por los que este anuncio es una filfa:
1. Tilda de voraces gigantes a los madrileños. La mujer de rosados labios de la foto puede que mida cuatro kilómetros de alto…¡y se va a comer una playa gallega!
2. Aún peor: tilda de antropófagos a los madrileños: sobre la tosta aparecen barcos, tripulados –suponemos- por faenadores gallegos. En unos instantes esos honrados trabajadores van a ser deglutidos, como Jonás, por una pantagruélica modelo.
3. Last but not least, ¿alguien se ha fijado en el aspecto de la tosta? El verde esmeralda y el azul índigo son dos colores ideales para una ría gallega, pero altamente tóxicos cuando hablamos de las cosas del comer. Lo que se va a llevar la gigantona a la boca parece una rebanada mohosa de Bimbo untada con fuagrás pasado de fecha varios meses.
Nuestro consejo estrambótico es:
Señores de la Xunta, déjense de metáforas rebuscadas y saquen a la señorita comiéndose un buen centollo. Aquí les dejamos el resultado, mucho más barato de lo que les ha cobrado la agencia de marras:
De nada.
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