OPINION

Le cortan la barba y le obligan a comérsela

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Este es Harvey. Imagínenselo con la barba más larga y poblada. La última vez que se cruzó con sus amigos Troy Holt y James Hill la tenía. Ahora esos dos hombres van a ser condenados por cortarle la barba y exigirle a punta de pistola y cuchillo que se la comiera, porque pensaban que les estaba estafando con la venta de una cortadora de césped usada.

El incidente ocurrió en mayo en Willisburg Road, en Lexington, Kentucky, cuando el agredido Harvey Westmoreland fue llamado por su hermano Joseph, que andaba haciendo tareas de limpieza en la propiedad de sus ya ex-amigos. Cuando llegó allí se dio cuenta que más que limpieza del granero habían hecho una limpieza a fondo del armario de Jack Daniel´s, pues los tres estaban con una cogorza considerable. Harvey Westmoreland había sido requerido porque querían comprarle algo.

"Troy entonces se ofreció a comprarme mi cortadora de césped por doscientos cincuenta dólares. Yo le dije que había pagado veinte dólares por ella y entonces pensó que estaba tratándole de engañar", afirma el hombre que ahora tiene la barba más corta. "Una cosa llevó a la otra y, antes de darme cuenta, había cuchillos y armas de fuego por todos lados; todo se volvió loco".

Harvey afirma que su hermano todavía tiene la marca del cuchillo que le pusieron en el cuello, aunque fue su estética capilar la que se llevó la peor parte. “Me cortaron la barba y me obligaron a comérmela”, afirma. Tras hacerlo, los violentos Holt&Hill les dejaron marchar, no sin antes advertirles que si llamaban a la policía por el incidente lo próximo que les cortarían sería, directamente, el pescuezo.

La amenaza velada no fue lo suficiente para evitar que Harvey y su hermano llamaran al 911 nada más poner sus pies llenos de pelos en el descansillo de su casa.

La sentencia de Troy Holt y James Hill será dictada hoy martes por la mañana en el Tribunal de Lawrenceville. Ambos acusados se han declarado culpables y se espera que sean multados y condenados a una buena temporada a la sombra.

"Yo creo en la ley. Creo que se hará justicia", confía Harvey Westmoreland, al que, como se puede ver en la primera imagen, la barba le ha vuelto a crecer desde aquel fatídico día de mayo; aunque dice que no es tan larga como lo fue antes de que se la tuviera que comer.

Vía Lex 18

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