OPINION

Mussolini quiso que Roma albergara el rascacielos más alto del mundo

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En los años 20 del siglo pasado el régimen fascista de Mussolini impulsó con entusiasmo el proyecto de construcción del que iba a ser el rascacielos más alto del mundo: la Mole Littoria, en Roma. El edificio pretendía alcanzar 335 metros de altura e incluiría un gigantesco hotel de 4.500 habitaciones, piscinas, bibliotecas y un sinfín de tiendas. Aunque ya tenía asignado un solar en el centro de Roma, la Mole Littoria ni siquiera se empezó a construir porque Mussolini decidió dedicar todos los recursos del país a la II Guerra Mundial.

La Mole Littoria pretendía convertirse en la imagen material del fascismo, “que elegía como leí motiv cultural, una arquitectura producto de la modernidad conservadora”, según escribe Fernando Aliata en Arquitectura.com. Pero no todos los romanos estaban de acuerdo con la construcción de semejante mole en la Ciudad Eterna. El  proyecto levantó desde su misma presentación una ola de críticas entre los urbanistas, quienes consideraban que la grandeza de las ruinas romanas quedarían empequeñecidas por el nuevo rascacielos, tal y como refleja un artículo de la época de Popular Mecanics.

El proyecto era obra del célebre arquitecto italiano Mario Palanti, responsable de algunos de los edificios más representativos de Buenos Aires, así como del edificio más alto de Montevideo, el esbelto Palacio Salvo.

Si en lugar de meterse en guerras mundiales Mussolini hubiera hecho como su correligionario en España, Franco, Italia hubiera podido presumir de rascacielos como Madrid pudo hacerlo con la Torre de Madrid, que con sus 142 metros fue el edificio más alto de Europa entre 1957 y 1967, y el más alto de Madrid hasta la erección del Pirulí.

El Palacio Salvo, en Montevideo, Uruguay.

Visto en Diesel Punks. Imágenes de Diesel Punks y PlanetEye.

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