OPINION

Una plaga de langostas del tamaño de España

langostas españa
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¿Te imaginas una nube de langostas que cubriera todo el territorio español, de Algeciras a Finisterre, incluyendo los archipiélagos y, de propina, Andorra? Pues ese fue el tamaño estimado (514.000 km2) de la plaga más grande jamás observada, que arrasó el estado estadounidense de Nebraska entre el 15 y el 25 de agosto de 1875. Se calcula que la nube estaba formada por 12 billones de individuos (a razón de 500 por cada ser humano que hoy habita la Tierra) y su masa combinada era de 27,5 millones de toneladas. La plaga de Nebraska es la mayor concentración de animales jamás observada, según el Libro Guinness de los Records.

Las langostas pertenecían a una especie local, la langosta de las Montañas Rocosas (melanoplus spretus), que dominó el oeste norteamericano hasta finales del siglo XIX para desaparecer a principios del XX, apenas tres décadas más tarde de la gran concentración de Nebraska. El último ejemplar vivo fue visto en Canadá en 1902.

El relato de la plaga de 1875 se lo debemos al físico y meteorólogo Albert Child, que se basó en sus cálculos en el tiempo que tardó el gigantesco enjambre en atravesar el sur del estado de Nebraska. Child telegrafió a varios colegas en distintos puntos del estado para medir ese tránsito. La forma de la plaga debería parecerse más al mapa de Chile que al de España, pues tenía una longitud de 3.000 kilómetros y una anchura de apenas 180.

En palabras de Child:

“Corría el año 1875 que sería largamente recordado por los habitantes de al menos cuatro estados como el año de la langosta. La plaga empezó al oeste de Missouri en abril de 1875 y comenzó devastando algunas de las más notables porciones de nuestros nobles pastos (…) y demostraron con sorprendente rapidez que su apetito era voraz, y que todo lo que fuera verde era consustancialmente suyo”.

Extraído del libro No way home: el declive de las mayores migraciones animales del mundo”*.

Las plagas de langostas se dan cíclicamente en todos los continentes (excepción hecha de la Antártida, claro) y, lo más curioso, es que se desconoce su mecanismo de actuación, pues en su origen los individuos que la componen son los familiares y simpáticos saltamontes. Según explica Félix Maocho con una bella metáfora,

La langosta es la parte “Mr. Hide” de la famosa pareja. La otra, el Dr. Jekyll, es un pacífico, simpático e inocuo salta-montes. Mediante un mecanismo que hasta hace poco no se había podido averiguar, el inofensivo, saltamontes verde, se convierte en la terrorífica langosta, que, formando enjambre, arrasa campos y cosechas.

Ya que hemos utilizado España como referente del tamaño de la gran plaga de 1875, Maocho recuerda que nuestro país no ha estado exento de los voraces insectos: Las platas de langostas han visitado asiduamente la Península Ibérica y Baleares, así como las Canarias, donde se las conoce como “cigarrones”. El archipiélago canario ha sido arrasado por hasta 85 plagas de langosta desde que fue civilizado en el siglo XVI, siendo las peores las registradas en 1659, 1811, 1908, 1954 y 1958.

* El autor del  libro, David Samuel Wilcove, pone en duda el cálculo de Child, teniendo en cuenta que la siguiente plaga más grande registrada fue mucho menor: 100 millas cuadradas (menos de 300 kilómetros cuadrados) en Kenia, en 1955.

El bicho propiamente dicho.

Visto originalmente en “El libro de los hechos insólitos”, de Gregorio Doval.

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